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Tindouf (Algerie) |
"... Deseamos proteger también los legítimos derechos de la población civil saharaui, ya que nuestra misión en el mundo y nuestra historia nos lo exige" S.M. Juan Carlos I, Rey de España. Aaiún, 2 de noviembre de 1975
Nosotros, presos políticos y activistas de derechos humanos que injustamente nos vemos entre rejas en la siniestra Cárcel Negra de El Aaiún y otras mazmorras del reino de Marruecos, nos dirigimos a S.M. D. Juan Carlos I, a la sociedad civil, al pueblo, a las instituciones y al Gobierno de España. Queremos transmitirles nuestros saludos y un mensaje de esperanza para un mundo más justo donde reine la paz, la seguridad y el bienestar de todos los pueblos de nuestra región.
En particular queremos saludar altamente y rendir homenaje a todas esas asociaciones y comités de apoyo al pueblo saharaui.
Desde hace demasiados años, el pueblo saharaui espera tener la posibilidad de expresarse libremente sobre su futuro, mediante ese referéndum de autodeterminación que reclama la comunidad internacional. Pero aún hoy, la negación de este derecho fundamental afecta seriamente al pueblo saharaui así como a los demás pueblos del Magreb. Esta grave situación se perpetúa a causa de la complacencia de ciertos Estados egoístas que sólo buscan unos intereses materiales y olvidan las consecuencias que su irresponsable conducta tiene a largo plazo. Al apoyar directa o indirectamente la agresión del régimen alauita contra el pueblo saharaui, esos países sólo consiguen empeorar una situación que ya es explosiva en sí misma, e impedir que se establezca la democracia y el respeto de los derechos humanos que tanto anhelamos. La situación creada por las tropas marroquíes al invadir el territorio saharaui constituye una agresión y una violación grave del Derecho Internacional vigente. Sin embargo, hasta hoy sigue sin hacerse justicia. Los saharauis siguen divididos por el muro de la vergüenza alzado por las tropas invasoras. La población del Sáhara Occidental afronta a diario las duras condiciones del exilio o las actuaciones criminales del ocupante marroquí. Nuestras familias están divididas, una parte de ellas afrontan la dureza del desierto en campamentos de refugiados y otras son sometidas diariamente a las acciones represivas de las fuerzas marroquíes de ocupación.
¿Hasta cuando va seguírsele permitiendo a Marruecos continuar impunemente su política colonial en un territorio que no es suyo? Cada día intenta aterrorizar a la población saharaui de los territorios ocupados con todos los medios a su alcance. Se permite practicar contra esa población desapariciones forzosas, asesinatos y ejecuciones sumarias, detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos, juicios amañados, e incluso amenaza con represalias, intimidaciones y despidos abusivos a los trabajadores y funcionarios que se atreven a denunciar la grave situación que vive el pueblo saharaui en los territorios ocupados. Esta es la cotidianidad que vive el pueblo saharaui en las zonas ilegalmente ocupadas por Marruecos. Para asfixiarnos aún más, las autoridades de ocupación nos privan del derecho a la libertad de asociación y de expresión. Así, esas autoridades disolvieron sistemáticamente y de manera expeditiva a las pocas asociaciones de derechos humanos que hemos podido crear en los territorios ocupados... La disolución de la Sección Sáhara del "Foro para la Verdad y Justicia" es un ejemplo de esta estrategia criminal que intenta acallar las voces de los defensores de derechos humanos en los territorios ocupados. Al mismo tiempo, se multiplican las falsas ONG creadas por el ministro del interior. Estas entidades fantoches son financiadas por el Gobierno marroquí. Presentan como miembros de las mismas a tránsfugas que traicionaron a su pueblo a cambio de una pequeña parte del dinero robado por Marruecos al explotar ilegalmente los recursos naturales de nuestro país. Participan por decenas en los foros internacionales con el apoyo del Gobierno marroquí, bajo la supervisión del ministerio del Interior, mientras al mismo tiempo a las verdaderas víctimas de las violaciones de derechos humanos y a sus familiares se les impide salir del país. Ejemplo elocuente de ello es la prohibición de salir del Sáhara hecha a 13 defensores de los derechos humanos y familiares de desparecidos saharauis que pretendían asistir a los trabajos de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Se les confiscaron sus documentos, y los que tenían un trabajo legal fueron despedidos.
El Presidente del Gobierno español, D. José María Aznar, ha intervenido en favor de la liberación por el Frente Polisario de más de 458 presos de guerra marroquíes. Deseamos que continúe su misión humanitaria ante las partes para poner fin al drama de los prisioneros de guerra, tanto marroquíes como saharauis, y de sus familiares. Pero al mismo tiempo, le pedimos que intervenga ante las autoridades marroquíes para conseguir la liberación de todos los presos de conciencia saharauis que aún están encarcelados, y se esclarezca sin más demora el paradero de los cientos de desaparecidos que se han enumerado en estos años.
Deseamos que España mantenga buenas y cordiales relaciones con su vecino del sur. Pero esas relaciones deben establecerse sobre bases sólidas de respeto de las normas democráticas y lejos de cualquier tipo de chantaje. Tales relaciones privilegiadas no deben construirse a costa del pueblo saharaui y su derecho inalienable a la autodeterminación e independencia, tan de acuerdo con la legalidad internacional. Por el contrario, deben ser el factor que impulse la búsqueda de soluciones democráticas a los problemas. Deseamos que el Gobierno español ayude al reino de Marruecos a salir del problema del Sáhara Occidental.
Estamos hartos de haber padecido tantos años de sufrimiento, privaciones y terror ambiental. No encontramos al límite de tanta injusticia, de tanta crueldad y de la impunidad con que se aplica. Queremos ser participes en la construcción de un nuevo mundo de reconciliación, de diálogo, de tolerancia y de respeto mutuo, un mundo solidario y generoso donde haya cabida para todos. La última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada por unanimidad, incluso con votación positiva de la propia Francia, ofrece esa posibilidad. Esta resolución abre camino directo a la democracia, a la igualdad y a un concepto de ciudadanía avanzado. Pero cuidado, puede ser la ultima oportunidad para hacerlo. Marruecos, el Frente Polisario y los países limítrofes al Sáhara Occidental tienen una oportunidad única para acabar con este drama y al mismo tiempo caminar, codo con codo, hacia la prosperidad de todos los pueblos del Magreb. Si Marruecos pretende que los saharauis siempre fueron marroquíes, ¿por qué impide la libre expresión de los saharauis mediante un Referéndum que apoyado unánimemente el conjunto de la Comunidad Internacional? ¿Por qué Marruecos tiene tanto miedo a la democracia si pretende ser un país democrático? El Plan Baker, adoptado por el Consejo de Seguridad en su reciente resolución 1495, es la última oportunidad para Marruecos de salvar la cara y quitarse de encima un conflicto que él mismo creó al invadir y ocupar ilegalmente el Sáhara Occidental.
En el caso de que Marruecos persista en su conducta hostil a la Legalidad Internacional en el Sáhara Occidental, España, como potencia administradora de iure que sigue siendo, debe tomar cuantas medidas diplomáticas, económicas y políticas sean necesarias. Sería la forma adecuada de "proteger los legítimos derechos del pueblo saharaui, ya que su misión en el mundo y su historia se lo exige", como dijo Su Majestad ante ese pueblo en 1975, cuando el conflicto aún estaba empezando sólo. El pueblo saharaui desea seguir creyendo en la palabra del rey de España.
Firma: Los presos políticos saharauis y activistas de derechos humanos que injustamente nos vemos entre rejas en la siniestra Cárcel Negra de El Aaiún y otras mazmorras del reino de Marruecos.
El Aaiun, a 14 de agosto de 2003
AFAPREDESA es una ONG de defensa de los Derechos Humanos en el Sahara Occidental, es miembro observador de la Comision Africana de derechos humanos y de los pueblos. Su sede central esta en los campamentos de refugiados saharauis.
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