Révolte des Sahraouis - Revolt of the Saharawis - Revuelta de los Saharauis

 

Señor D. Miguel Ángel Moratinos,

Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación

Madrid, España.

Excelentísimo Señor Ministro:

 

Con gran tristeza me dirijo a usted por la situación que estamos padeciendo todos los activistas saharauis de derechos humanos y en general, todo nuestro pueblo.

La sociedad española en particular, junto a millones de personas en el mundo, son conscientes de nuestro padecimiento y nuestro dolor desde hace treinta años, sufrimiento que en los últimos meses se ha recrudecido aún más.

Le escribo desde mi celda, a donde he llegado de forma arbitraria e injusta, al igual que el resto de mis compañeros que, de manera totalmente pacífica, tan sólo ejercimos el derecho a expresar nuestro deseo de acabar con la injusticia y la opresión que el gobierno de ocupación ha ejercido durante años sobre nuestro pueblo.

El pasado 9 de Agosto, fui detenido en mi propia casa, a las 8.30 de la mañana, por un grupo de agentes de la policía marroquí, mientras era trasladado a un destino desconocido, sin que pudiera ser localizado por mi familia hasta catorce horas después. He sido maniatado y se me han vendado los ojos todo el día. A raíz de mi detención he optado por unirme a la huelga de hambre que ya habían iniciado otros compañeros como Ali Salem Tamek ,Aminetu Haidar y decenas de presos políticos saharauis en las cárceles: NEGRA del Aaiún, la cárcel de AIT MELLOUL y OUKACHA en Casablanca. Somos treinta y siete presos politicos y activistas de Derechos Humanos que llevamos desde el dia 9 de Agosto en una huelga de hambre abierta para pedir el respeto de nuestros derechos legitimos como presos de opinion y apara ello, hemos presentado un memorandum a las autoridades penitenciarias Marroquies.

Los treinta y siete presos en huelga de hambre ; estamos en una situación muy degradante de salud, como consecuencia de los 18 dias de huelga y la mayoria de nosotros ya ni siquiera podemos movernos, mientras que algunos se encuentran inconcientes y sus situaciones son muy graves.

Quisiera recordarle que nuestra noble lucha nos ha dejado graves y profundas heridas físicas y morales. El pasado 17 de Junio, fui brutalmente torturado por agentes de policía, cuando socorría a algunos heridos saharauis que se habían manifestado pacíficamente, como hemos hecho siempre, en contra de la ocupación marroquí y por la constante violación de nuestros derechos básicos como seres humanos. Más tarde, el 12 de Julio, fui detenido tras mi encierro en la "Casa España", en el Aaiún ocupado, en la que no utilicé en ningún momento la violencia, lugar que elegí como protesta ante la detención, encarcelamiento y condena de los presos políticos saharauis. Mi actitud pretendía ser también una clara denuncia ante las violaciones de los derechos humanos sufridas por mi pueblo en los territorios ocupados del Sáhara Occidental por parte de las fuerzas de seguridad marroquí.

Dos días más tarde fui liberado, y estoy convencido de que la intervención del Gobierno español, al que usted representa, y la denuncia por parte de muchas ONG's , fue de gran importancia para que mis captores decidieran liberarme.

En 1990 solicité asilo político a la embajada española en Rabat, pero fui entregado a las autoridades marroquíes que me torturaron salvajemente hasta el límite máximo del sufrimiento, hechos que se repitieron en 1997 durante doce días en los locales de la policía marroquí, siendo a continuación despedido de mi trabajo y confiscados mis bienes como medida de disuasión por mis actividades como defensor de Derechos Humanos.

Si le relato mi caso, es con la única intención de que usted comprenda la situación en la que nos encontramos los ciudadanos saharauis que luchamos por nuestros derechos como personas y como habitantes de un país arrebatado a la fuerza.

Sr. Ministro, todas nuestras ciudades, en los territorios ocupados, se encuentran gravemente asediadas por los muchos y distintos cuerpos de seguridad marroquí, propiciándose un estado de sitio que mantiene a toda la población saharaui en continua tensión. Han cercado nuestras calles y nuestras casas, la policía se ha apoderado de los centros neurálgicos y controlan cada movimiento de las personas, restringiendo sus derechos con violencia y crueldad.

Usted, como millones de españoles, ha sido testigo del bloqueo informativo que el gobierno marroquí mantiene sobre el Sáhara Occidental, expulsando a las delegaciones oficiales españolas y extranjeras, con el fin de prohibirles comprobar la realidad sobre la violación de los derechos humanos en la zona. Esa actitud deja mucho que desear de un gobierno que niega reiteradamente los hechos y que no siente ningún respeto ni consideración hacia la vida humana ni hacia estas delegaciones compuestas por representantes de la sociedad española.

Nuestro pueblo continúa siendo masacrado por las fuerzas de ocupación ante los ojos del mundo, un pueblo que sólo pide la celebración de un referéndum para poder elegir libremente su futuro.

Sr. Ministro, esto está ocurriendo ahora, a escasos kilómetros de España.

Ruego a vuestra excelencia, que tome en consideración estos hechos y actúe en consecuencia, algo de lo que estoy totalmente convencido, posicionándose al lado de la justicia y la coherencia y apoyando la inmediata liberación de los presos políticos y el cese inminente de la violencia contra nosotros, ya que España guarda una íntima relación con el pueblo saharaui con el que convivió durante más de un siglo y con el que la sociedad española mantiene vínculos de verdadero cariño y amistad.

El gobierno español debe ser consciente de su responsabilidad para con el Sáhara, ya que España sigue siendo la potencia administradora del territorio al que abandonó sin que se procediera al proceso obligatorio de descolonización establecido por Naciones Unidas. Por otro lado, el gobierno español no debe ignorar la legalidad internacional y los tratados internacionales que sobre el territorio del Sáhara se han establecido, cumpliéndolos y haciéndolos cumplir por el bien de todos y por el establecimiento de la paz y la justicia, como fin principal de todo estado moderno.

Quisiera aprovechar esta ocasión para reiterarle mi voluntad de mantener estrechas y fraternales relaciones entre nuestros dos pueblos, así como la seguridad de mí más alta y distinguida consideración.

Respetuosamente,

La carcel Megra del Aaiún 27 de Agosto de2005

Hmad Hammad

Preso politico Saharaui, activista de Derechos Humanos


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