El pueblo saharaui ha pasado por todos los grados de sufrimiento.
Ha sido y es, un pueblo invadido, exiliado, perseguido, torturado,
humillado, encarcelado... El gobierno marroquí ha pretendido
mutilarlo negándole sus orígenes, su cultura, su lengua.
España nos abandonó en un abrir y cerrar de ojos
después de un siglo conviviendo con nosotros para
vendernos como mercancía de escaso valor, a un feroz y vanidoso
tirano con ínfulas expansionistas, que desplegó a su
ejército desenfrenado y hambriento como una mancha de fuel en el
mar, fragmentando los cuerpos de miles de saharauis que con terror
huían de las bombas de NAPALM y Fósforo Blanco,
atravesando el desierto en un éxodo masivo, sin saber si
volverían a ver a aquellos amigos y familiares que se quedaron
atrás.
Después de treinta y dos años seguimos preguntando por
los nuestros, aquellos que fueron secuestrados para siempre, aquellos
que yacen en alguna fosa común... preguntamos por los
desaparecidos de ayer y por los de hoy, preguntamos por los asesinos
que ahora ocupan posiciones de responsabilidad en el gobierno y
el ejército marroquí, nos seguimos preguntando
cuáles serán los intereses del gobierno español
para con Marruecos, que antepone esos intereses a la Legalidad
Internacional y al deseo del pueblo español que tanto apoyo nos
brinda. Nos preguntamos también dónde quedaron sus
promesas de defender nuestro derecho a la autodeterminación y su
responsabilidad como potencia administradora, que aún sigue
siendo mientras no concluya el obligado proceso de
descolonización.
Sí, el pueblo saharaui ha sufrido lo insufrible, pero
después de las declaraciones del presidente Zapatero y su apoyo
al absurdo plan de autonomía marroquí para nuestra
nación, lo que sentimos es una profunda y agotada
frustración. No se podía esperar otra cosa de un gobierno
que vende armas a un asesino como Mohamed VI, que cede ante sus
presiones caprichosas y que le admite tomar posiciones políticas
a pesar de ser chantajeado con la inmigración ilegal que tanto
beneficia a Marruecos. Este acuerdo del gobierno español con el
régimen marroquí es otro acuerdo ilegal. Un acuerdo
bipartito contra el pueblo saharaui, treinta y dos años
después, España nos sigue vendiendo al mismo postor, pero
esta vez, no se trata del 30% del fosfato, una de las cláusulas
secretas del acuerdo ilegal de Madrid, las razones ahora han cambiado,
pero de igual manera, poco servirán al Estado español,
porque el pueblo saharaui no cejará en su empeño por
lograr la independencia a través de un referéndum justo y
democrático como al que sabe tiene derecho.
La actitud del presidente Zapatero humilla a todos los pueblos de
España, incluso a los mismos afiliados a su partido y lo que es
peor, alienta la seria posibilidad de engendrar inestabilidad en toda
la región, la vuelta a las armas de un pueblo pacífico
que ha elegido luchar con su voz, a pesar de ser reprimido con
violencia, incluso por hablar español, con su cuerpo, mil
veces castigado en las celdas de las cárceles
marroquíes, con sus manos, engrilletadas bajo amenazas,
con leyes, las establecidas por Naciones Unidas y con su fuerza, moral
y de principios, que no podrá ser jamás arrebatada por
ningún gobernante ni invasor, ésa que nos mantiene unidos
y que los todos los pueblos conocen y la saben suya.
Por un Sáhara libre,
Salka Embarek
08.03.07