No podemos sino alarmarnos ante la aparición de un artículo firmado por un periodista local que, a propósito de un acto del lobby pro marroquí en Canarias, falta a la verdad. Socialista (de pasado, y de presente) y director de periódico es un periodista, y de él se espera que consagre su trabajo a la libertad de información y manifestación, en lugar de colaborar con el rey mohamedseis y su gobierno aquí en Canarias. Queremos, aquí, opinar sobre lo sucedido en la apertura de las jornadas de Maruecos en Canarias cuyo fin era lavar la imagen que tiene nuestra población canaria a lo largo de los tiempos, la imagen de un sultán despótico anclado en el pasado y de un régimen que atenta contra los mas mínimos derechos individuales, tanto en el interior de su territorio como en el Sahara ocupado, en este último con especial ensañamiento porque nadie les ve (Prensa internacional) o nadie les quiere ver (Minurso), consiguiendo un triste record de detenidos y torturados. Imagínense que hasta los que van a recibir a los presos liberados últimamente por la presión internacional, también resultan detenidos y torturados nuevamente. El sultán ha conseguido lo increíble con las liberaciones de presos, pues da igual que los libere, la cárcel negra de El Aaiún (por cierto, de fabricación española) renueva su cuota de presos políticos con los que festejan las liberaciones.

Sólo considerándole un colaboracionista con el régimen marroquí puede entenderse la actitud del director de este medio. Contra lo que él dice, la verdad es que no se impidió la entrada a nadie a este acto pro-marroquí "cultural" que se ha organizado en Las Palmas, al menos en la puerta principal del lugar que acogió el acto, que fue donde se congregó el grupo de manifestantes pacíficos. De hecho, ni siquiera se lanzaron huevos (que sería lo habitual) con los cómplices del crimen contra el pueblo saharaui. Pero como, eso sí, el periodista-director entró a hurtadillas a través del garaje y en coche con cristales oscuros, bien se puede afirmar que no tiene conocimiento de lo sucedido en la entrada principal. De hecho, por lo que escribe en su artículo del pasado día 26 de Abril sólo conoce la versión marroquí, con la que coincide una vez más.

En el almuerzo de inauguración al presidente de los canarios se le notaba visiblemente atemorizado ante la eventualidad de que alguien pronunciara las palabras de "Viva el Sahara libre", con el reto de qué cara poner delante de sus invitados marroquíes y para no perder compostura. Y es que los hechos son tozudos.

La asistencia a este acto de escritores y periodistas fue de unas veinte personas, entre conferenciantes, personal del auditorio y policías de paisano marroquí, disfrazados de periodistas, tal como me reconoció un marroquí no bien visto en el reino en este momento y presente en el acto. Los conferenciantes solo hicieron el papel de denunciar las responsabilidades de los gobernantes que a lo largo de la historia se han volcado en darse la espalda mutuamente y pretender ahora sanear y desodorizar esa imagen, con más o menos resultados por parte de estos conferenciantes.

El Sr. Ángel Sánchez, escritor y poeta canario fue de lo más realista y propuso un debate sobre este tema, pero fue ignorado por el resto de conferenciantes. El sarcasmo llegó cuando el profesor Ben abbout defendió la conservación realizada por su gobierno del patrimonio español después de la salida de esta de Marruecos. Hubo que "recordarle" que su gobierno está destruyendo patrimonio español en el Sahara ocupado y, en concreto, el antiguo fuerte español de Villa Cisneros que, guste o no guste su antigua función, forma parte del patrimonio del pueblo saharaui. La periodista Marroquí Laila Chafii, expuso la realidad que sufre la mujer dentro del reino de Marruecos, por cierto con miradas y gestos de reprobación por parte del Prf. Ben abboud y la profesora Oumama Aouad cuya exposición tuvo como tema principal lo que ella había hecho en las universidad Mohamedcinco y su reclamación para actividades interuniversitarias canarias y marroquíes. Por parte de los españoles, el Sr. Antonio Tejera se limito a contar su experiencia en el fenecido centro de estudios africanos de la universidad de La Laguna y la procedencia del nombre de las Islas Canarias. Como hemos dicho, hizo una buena exposición el poeta-escritor Ángel Sánchez sobre todo por su seriedad y por llamar a las cosas por su nombre, calificando como invasión a la marcha verde y diferenciando Marruecos del Sahara, lo cual provocó más de un cruce de miradas entre los conferenciantes.

Y fue entonces cuando el Sr.periodista-director, contertuliano presente en el acto, comenzó a decir medias verdades y a inventarse la historia contemporánea de la zona. Así, por ejemplo, al decir que el comandante Bens fue a la costa africana a establecer la factoría de pescado de Santa Cruz del Mar Pequeña, afirmó que fueron a "Marruecos". O cuando, sin el menor rubor, habló de los pescadores que "secuestró" el Frente POLISARIO, "olvidando" preguntarse qué hacían esos pescadores en una zona de guerra sobre la que previamente el F. Polisario había advertido. Como también se "olvidó" de decir que esos pescadores retenidos por estar en zona de guerra cuando volvían a su tierra, ya en el mismo aeropuerto y bajando las escalerillas del avión, daban gritos a favor de la causa del pueblo saharaui. Igualmente, se le "olvidó" decir que los ametrallamientos de barcos en que participó el F. Polisario fueron reconocidos por éste y por escrito hace ya muchísimos años y que las acciones no esclarecidas se sabe desde hace muchísimos años que fueron protagonizadas por las fuerzas marroquíes que actuaban sin insignias y sin uniforme militar para confundir a los canarios y al mundo en general de las" atrocidades" del F. Polisario. Pero lo más triste del Sr. periodista fue decir que cuando nuestros pescadores daban vivas al Polisario y su causa a su regreso, lo hacían ¡padeciendo el "síndrome de Estocolmo"!

De su intervención, no podemos sino extraer la conclusión de que al Sr. Periodista-director se le ha parado el reloj y se ha quedado en la época de la guerra, cuando había ametrallamientos y que no le debió de gustar la respuesta le dieron los dirigentes de la RASD cuando fue a Tinduf a tratar de aquel tema. El hecho es que, a partir de ese momento, Felipe "el Marroquí", Saavedra "el perenne" y el periodista-director se juramentaron contra la causa saharaui, aun al precio de contradecirse con sus manifestaciones públicas anteriores a esos hechos de triste recuerdo. Y es que, incluso para hacer el trabajo de colaboracionista marroquí en Canarias hay que tener más finura.

Es posible que este artículo no se publique nunca. Quizás, como ha sucedido con otros artículos redactados por el Grupo Interuniversitario de Opinión, determinados equipos de dirección se ocupen de filtrarlo como en los mejores tiempos de la censura franquista. Da pena. En el fondo es como si hubiésemos viajado en el tiempo, hacia atrás, hacia las cavernas, hacia la censura y el lápiz rojo. ¿A quién temen esos voceros de no se sabe qué ocultos intereses? ¿Acaso los medios nacidos para defender la libertad temen el poder de la palabra, el poder de la libertad? El periodismo es también el medio de expresión de la disidencia, es más, nosotros creemos que es, sobre todo eso, el medio que tenemos de contar lo que los poderes fácticos quieren mantener en la sombra. Nos preguntamos por qué razón un determinado medio de comunicación social, o unos determinados medios, están al servicio de la mentira, de la confusión y de la ruindad, en lugar de utilizar la limpia palabra para defender el honor, el derecho y la justicia.

Porque, efectivamente, ese es el objetivo que a nosotros nos reúne cuando hablamos del Sahara. Escribimos sobre este tema restando tiempo de nuestras actividades profesionales y personales, restando tiempo también a la familia, al sosiego... Pero es una causa bella, una causa justa, y por eso no es posible callar. A escasos kilómetros de nosotros, media África se muere de hambre y de dolor. Casi a unos pocos metros, nuestros hermanos saharauis sufren, un día sí y otro también, el castigo que sus guardianes les propinan por defender sus justos y legítimos derechos.

No parece, en fin, que vivamos en una democracia sino, más bien, parece que un conjunto de complicidades político-económicas ha hurtado a los ciudadanos de este país el derecho a opinar libremente.

Canarias, 09 Mayo de 2006

Sergio Ramirez Galindo .ULPGC

Carlos Ruiz de Miguel .USC

Manuel de paz Sánchez , ULL

Ricardo aguasca colomo, ULPGC