El otro día me encontraba en una jaima en la daira de Tifariti, intentando conciliar el sueño, en una siesta de un día invernal, cuando de repente, escuche a mi sobrina, de cinco años, tararear una canción que habla de AMINATU HAIDAR. Se acabo entonces la pretendida siesta, y en su lugar me embargo una emoción infantil, que me traslado en volandas a muchos años atrás y me hizo revivir los primeros años de la guerra, y recordar la figura de LUALI y lo que significo para los Saharaui y su lucha.
El tópico dice, que todas las comparaciones son odiosas, pero el momento hace que esta sea inevitable. Por lo que mi imaginación, me llevo a asociar a esta mujer de aspecto frágil y a la vez valiente, con la figura de Luali, es decir tuve la real sensación, de que mi sobrina siente, lo que yo sentía al cantar las canciones de Luali, hace casi 30 años.
Estoy seguro, que en este mundo de consumismo desenfrenado y de culto a la figura; algunos pensaran que soy un idealista, pasado de moda, cursi, rancio, anticuado, utópico, que no soy políticamente correcto ni práctico.
Pero, no me prohibirán recrear mis sueños y fantasías, unos instante, aunque solo sea, para darle el gusto a mis familiares, amigos y compatriotas que dejaron su vida por el camino, por esos ideales que ahora me reprochan.
Ver, en esta mujer sufrida y de mirada profunda, la reencarnación de LUALI, y el símbolo que unirá a todos los Saharauis y hará que recuperen su espíritu de lucha, sacrificio, patriotismo, nacionalismo e independentista; es un placer y un disfrute que nadie me lo puede impedir.
Hoy, el sueño lo corto la luz de Aminatu Haidar, mañana sera la de Alisalem y pasado, Numria, Hmad, Mutauakil, lidri, Ramdan y todos los que aún sufren en las cárceles del sátrapa.
ALLAH RABU YAHADIH
18.01.06