La reciente visita del presidente de Guinea Ecuatorial Obiang Nguema a
España, y la polémica que suscitó dicha visita, el
claro rechazo que provocó en la opinión pública,
tanto por parte de los medios, como por parte del Congreso de los
Diputados, podrían haber tenidos efectos negativos en el
ejecutivo ZP.
Tantos obstáculos provocaron algún que otro desconcierto
en el ejecutivo socialista, fruto del cual fueron las declaraciones del
Sr. López Aguilar, Ministro de Justicia, en las cuales sostuvo
que la visita «se debe a que Guinea es la única (sic)
República de habla hispana en el continente africano»,
nadie cuestionaría el saber del Sr. Aguilar, pero semejante
disparate revela cierta languidez en los conocimiento del ministro.
López Aguilar parece haber ignorado la existencia de un pueblo
hispanohablante africano, como somos los Saharauis, que además,
nuestra República es miembro de pleno derecho de la Unión
Africana.
Esto no es casual, ni podemos decir que se trata de un hecho aislado.
Afirmaciones de esta naturaleza están bien premeditadas, medidas
calibradamente y estudiadas con lujo de detalle. Las intenciones del
señor ministro son, cuanto menos, perversas, y dejan en
evidencia la clara inclinación de los socialista en el gobierno
por las tesis anexionista del reino alauí.
Las declaraciones del responsable de justicia ya tuvieron un precedente
en el ejecutivo socialista. A principios de este año, el
responsable de la diplomacia española, el Sr. Moratinos,
coincidiendo con el XXX aniversario de la RASD declaró que la
existencia de la República Saharaui era una contradicción
con el principio de autodeterminación. Se olvidó entonces
el Sr. Moratinos de afirmar lo mismo de los acuerdos tripartitos de
Madrid, cuyo resultado fue entregar el Sahara Occidental a Marrueco y
Mauritania respectivamente, y ahí se debilita la lucidez del
jefe de la diplomacia española. No cabe exigirle, pues, que
condenara la ocupación. Los Saharauis estamos acostumbrados,
lamentablemente, a ser menospreciados por este ejecutivo.
Tampoco fue capaz, el Sr. Moratinos, de condenar las violaciones de
derechos humanos cometidas por el régimen marroquí en los
territorios ocupados Saharauis.
Y lo último del gabinete diplomático español,
sorprendente e insólito, fue la abstención de
España, junto con Francia, de la votación en la cuarta
comisión descolonizadora de la ONU. Sorprende mas cuando sabemos
que por primera vez, quince países Europeos votaron a favor de
la descolonización del Sahara, entre los cuales destacan
Inglaterra e Italia. Queda lejos pues, la "fe europeista" del Sr.
Zapatero.
Esperar que el gobierno socialista condenara, cosa poco probable, los
crímenes cometidos por Marruecos contra los derechos humanos, es
ilusionarse sin sentido. Sobre esta materia precisamente, el gobierno
español fue preguntado, a finales de junio pasado, por el
diputado Joan Herrera sobre la situación de derechos humanos en
el Sahara. Cuatro meses para responder tardó el gobierno, y la
respuesta es otra ovación a los atropellos de Marruecos, cuando
firma que «el gobierno ha transmitido en numerosas ocasiones a
Marruecos la importancia de que sean respetados, de conformidad con su
legislación interna y los principales instrumentos
jurídicos internacionales en la materia». Hablar de
legislación interna en referencia al Sahara es un reconocimiento
implícito (muy explícita en los últimos tiempos) a
la soberanía marroquí sobre los territorios ocupados, mas
cuando se mira con buenos ojos el proyecto de autonomía. En
cuanto a los instrumentos jurídicos internacionales, nos
gustaría saber a qué instrumentos se refiere el gobierno
español. Deja claro, el actual ejecutivo, que las denuncias de
Amnistía Internacional carecen de validez jurídica
alguna, o así, al menos, lo insinúa el gobierno Zapatero.
El actual gobierno español, con Zapatero a la cabeza, parece
tener un empeño especial en prolongar el sufrimiento del pueblo
saharaui. Y eso que el presidente del gobierno español
prometió una solución en el plazo máximo de seis
meses cuando tomó posesión de su cargo. Nos acercamos a
los tres años de legislatura y aún estamos esperando Sr.
Rodríguez Zapatero.
Mustapha Mohamed-Lamin Ahmed
tinduf12@hotmail.com