Se acabó el verano, y con él la pausa estivale, el
invierno no se ha hecho esperar, o el otoño, el caso es que uno
empieza a sentir frío y se le congelan los sentidos, pierde el
norte, el sur y el suroeste. Eso de vivir en un clima bajo
mínimos (en temperaturas) no es nada agradable, o al menos, para
quién nació bajo el sofocante (y apetecible) sol de los
campamentos. Quién estaría, no ya en los campamentos,
sino en Tiris!!.
Ya es octubre, cada vez queda menos para que la ONU, a través de
su consejo de seguridad, nos cuente su próxima mentira piadosa,
y mientras, le cantamos un peor para el sol a la intifada, cuando sube,
con sus medias negras y bufanda cuadros, a bordo del tranvía de
la tortura y agresión. Y aquí, en la Europa de los quince
y diez, nos permitimos, entre otras cosas, que nos dieran las diez, al
son del consumismo y los bombardeos noticiarios, con o sin
título, y nos consolamos pensando, que es mentira que mientan
los boleros. Bailar sigue siendo soñar con los pies, sea al son
del aserejé, macarena o calle melancolía.
Hace frío, amanece, sumo y sigo, y encima enripio (con permiso
de M.ALI) a los lectores de arso opinión, será mejor
aprender a vivir sobre la línea divisoria, sin pasar del tedio a
la pasión......... y aún con tanto frío, somos
sahrauiyin, con mucho orgullo, saharaui es el que escucha el haoul,
como lo es, el que prefiere el tango, el que YETNAHUAL al son de
Sadoum, o aquel que lo hace al son de Sabina, y mientras, hablamos de
esa cosa llamada tribalismos, un asunto en el que algunos somos
del colectivo del NO SABE-NO CONTESTA, aunque uno puede decir,
comprometiéndose demasiado (no soy soudopinador), que se trata,
con tu permiso tocayo, de una estupidez nacional. Bendita sea la
intifada, se golpea, se tortura, se resiste y no se resiente, y
nosotros aquí, entre tanto, dándole al ripio.
RAMADAN SAID.
Mustapha Mohamed-Lamin Ahmed
tinduf12@hotmail.com
04.10.06