En nuestra sociedad, sobre todo en la última década, el materialismo ha sustituido el incorpóreo de antaño, ya no se trata de la misma sociedad en la que muchos hemos nacido y crecido, hoy es el dinero lo que nos conmueve, nos emociona, nos ocupa y preocupa, influye incluso en nuestro estado de ánimos, ya no se ve a vecinos alrededor del SIG ni de DHAMA, hoy el entretenimiento es otro, comercial claro. Esa metamorfosis, es sin duda alguna, fruto de los cambios coyunturales políticos (los pocos horizontes que ofrece el proceso de paz) y la ausencia de un proyecto económico solidificado para asegurar el pan diario de las familias, lejos del chantaje con la ayuda humanitaria (1) . Se trata hoy en día, de una sociedad mucho mas exigente que la conformista de antaño, con ese dato hay que contar, tomarlo en consideración y actuar en consecuencia, al contrario sería precipitarse al abismo.

Para que la sociedad progrese, es imprescindible la afinidad entre las dos clases mas fundamentales de la misma, las columnas vertebrales digamos, es decir, dirigentes e intelectuales, los dirigentes por su lado, han de ceder en su obcecación, incluir la clase intelectual para solidificar los proyectos sociales y políticos del porvenir, dejar de lado las discrepancias por el bien común y no tratar las voces opuestas con despótica apatía. Por otro lado, los intelectuales han de hacerse mas visibles, renunciar al discurso resignado, ser consecuentes de su importancia (el exceso de modestia es un defecto), ser guías de las rutas a seguir, para ello es imprescindible, claro está, la colaboración de los dirigentes, pero a ausencia de tal colaboración actuar con fidelidad a la conciencia sería gratificante.

Que conste pues, que yo no soy nadie para decir lo que se debe o no seguirse, me limito a opinar, con humildad y modestia (sin excesos). Utópico podría resultar, y resulta, mi planteamiento de la situación, pero por lo menos no seudoopino.

Si los dirigentes son el piloto que nos conduce, los intelectuales, deben ser los guías para evitar el descarrilamiento y el ojo velador por el buen desarrollo del rumbo que está tomando nuestra sociedad. Claro que el caso omiso de nuestros dirigentes no facilita la anhelada tarea. Pero también, la ausencia de una influencia en la sociedad desde la elite intelectual, deja mucho que desear.

Queda claro pues, que los saharauis estamos entre; el quiero y no puedo de los intelectuales, y el puedo y no quiero de los dirigentes. Sólo nos queda rogarle, tal como hace el compatriota Almustafi, a Alah, que gane el quiero la guerra del puedo......... a los dirigentes les funcionó, y les funciona todavía.

Seudoarsoopinando no solucionamos casi nada a pesar de plantearlo casi todo, paltakeando lo debatimos casi todo sin haber planteado casi nada,  y en pie de guerra están el casi todo y el casi nada, y aún así no se soluciona CHI.

Aprovecho la oportunidad, con el permiso de todos,  para felicitar al compatriota (seudo) Huneifa Ibnu Abi Rabia, por la brillantez de sus escritos y animarle a seguir dándonos la oportunidad para continuar disfrutando de su felicidad de expresión. Con toda sinceridad, enhorabuena camarada.

Atentamente,

Mustapha
tinduf12@hotmail.com

22.06.06

(1) El PSOE ha convertido la  ayuda humanitaria en su principal argumento en este conflicto, asegurando haber contribuido a su aumento, pero nunca aclara su posición política. La ayuda humanitaria es el nuevo método chantajista de los socialistas en el gobierno español.