NEOSAHARAUIDADES
Mohamed Ali
Al hilo de lo que sigue aconteciendo acá en esta casa nuestra, vengo a sugerir una parada en el camino. (¡Qué osadía!, pero qué importa ya a estas alturas, globalizada hasta la estupidez: el cinismo, el Alzheimer, la pereza mental, la carrera parkinsoniana, la menopausia intelectual, el "momento dulce", el tsunami ético, la sequía moral...). Merece la pena, de veras, detenerse. Levantar un poco el pie del acelerador. Y descender hasta nosotros mismos, vernos e introducirnos, una vez más, en el mapa de las cosas.
El círculo idílico entre ser y no-ser en que habita la fauna saharauía es una "morada" fantástica. Y tiene a la mansedumbre entre sus más elevados engendros: medio y fin, fin y medio en un mismo pack.
Hete aquí que el otro día me confesaba un compañero de viaje hacia ya quién sabe dónde:
- El entusiasmo se suicidó, la esperanza se perdió, el mañana no existe ni existió.- ¿Existirá?
Saharaui él, y saharauista incurable me solfeó esta rigurosa pieza, que a continuación les cito:
- "Hoy resulta que es lo mismo 'pensar despacio para andar deprisa' que ocupar el pensamiento con una actividad a matacaballo para quedarse uno literalmente en el sitio".¿Qué pasa en nuestra casa? ¿Qué no pasa fuera de ella?
21.10.05