Vamos a ver, Sr. Uld Lembarki: sabe Ud. poner en claro las cosas, sabe respetar, conoce bien el paisaje y aún mejor al paisanaje patrios, y, además, sabe hacer política... ¡Adelante! Adelante Ud. y su gente!!! ¡Bienvenidos sean! A Uds., camaradas demócratas, loor eterno.

Saharauícennos mucho. Háganlo como si fuera ésta la última vez: algo aJATizados estábamos ya los hijos del discurso estancado, los viudos de doña Justicia, los amigos de la luz, los novios de la heteronimia... Saharauícennos, ajatícennos todavía un poco más.

Algo tiene que pasar, compañeros. El espíritu crítico, el debate racional y el culto a la letra minúscula vienen a querer constituir un cóctel sin precedentes en la historia de la saharauidad. Algo tiene que pasar, compañeros, cuando se te ningunea por aquí, y cuando se te ajatiza por ahí. Algo pasa, cuando parece que ya nada conduce a nada...

La "verdad irrefutable" no necesita voceros. Ella es digna evidencia. ¡Ay, de los mensajeros! Yo temo a todos los mensajeros. No como temo a Dios o como temo a la verdad. Este es un temor más terreno (...y más cibersaharaui, si cabe. Que cabría, y cabrearía). Un temor al '¿quién?'. Esto de "Portador de la verdad" debe ser un oficio no muy bidani..., pero saharauícennos.

La única intención se llamaba "construcción doméstica", que copula tan bien con ese arcaísmo denominado 'compromiso'. El único tono que debe hacer acto de presencia es el que posee la capacidad de desterrar definitivamente a la vanidad y a la arrogancia.

16.03.06