OPINION

 

FLORECE EN EL SAHARA OCCIDENTAL

" Los interrogantes que plantea la Intifada"

Mohamed Lamin M.

 

Una de las consecuencias más perniciosas que ha provocado la ocupación del Sahara Occidental en las poblaciones saharauis que habitan en las Zonas Ocupadas, ha sido el elevado déficit de población joven. La llamada a la guerra en los románticos años setenta sedujo a la inmensa mayoría de la juventud de la época, de modo que la mayoría se enroló en las unidades del ELPS. Establecida ya la ocupación de facto, los jóvenes que se vieron bajo dicha ocupación fueron ferozmente reprimidos, desaparecidos y exterminados. Los, por entonces retoños de diez años, fueron deportados al interior de Marruecos.

De manera que durante un largo período, en las Zonas Ocupadas la pirámide poblacional presentaba serios estrechamientos en las porciones juveniles. Esa es, junta a la dureza de la represión, la causa de la ausencia de grandes movilizaciones en las Zonas Ocupadas durante años.

Hoy, después de treinta años, la juventud contestataria por naturaleza, utópica por principios, entusiasta en los sentimientos y aguerrida por fuerza, emerge con todo su esplendor, agilidad y fortaleza en las ciudades saharauis, en las universidades de Rabat y Casablanca y en la zona de Ifni. Y pone al borde de los nervios al mismísimo sistema policial marroquí.

Más al este, la desbandada generalizada de la juventud desde los Campamentos hacia el extranjero, esboza justamente la imagen contraria. Y ya se sienten los síntomas inequívocos de una cierta regresión en la construcción, fortalecimiento y desarrollo del Estado Saharaui y de sus instituciones republicanas.

En cambio, en las Zonas Ocupadas, esos jóvenes con sus títulos universitarios y sus líderes curtidos en mil batallas, están siendo los auténticos valedores de la Causa Saharaui. Están en las primeras líneas de combate y bien que están cumpliendo su misión.

Ellos son el auténtico Frente Popular para la Liberación de Río de Oro y Saguia Al-Hamra. Ellos son el genuino POLISARIO en tanto en cuanto, se han revelado como los verdaderos guardianes de las esencias de esa Organización. Defienden con fervor, eso sí, al Papado romano de Tinduf, pero tienen sus propias iniciativas y sus brillantes líderes rivalizan, en popularidad, con la vieja jerarquía polisaria.

A nadie se le escapa que la actividad de lucha y resistencia en las Zonas Ocupadas, opera en sentido paralelo a la política oficial de Roma. Mientras los purpurados de la Curia romana aceptaban el sello y la bandera marroquí bajo una autonomía de cinco años, sobre el terreno, quienes se sienten como guardianes de las esencias de libertad del pueblo saharaui ponían toda la carne en el asador y marchaban en las calles de El Aaiún, desafiando la represión marroquí, para reivindicar la independencia total.

Decía un cronista de fin de semana que a principios de siglo, en 1930, el mar Caspio decrecía hasta niveles alarmantes y, al este, el lago Aral rebosaba de agua. Hoy el lago Aral se está muriendo y el Caspio amenaza con inundar las poblaciones vecinas. Es de esperar que Dios no traslade su particular teoría de los vasos comunicantes desde las estepas del Asia central al noroeste de África. Debe la Comunidad Internacional evitar las consecuencias de los desmanes del hombre en el lago Aral, pero quizás deba trabajar con más ahínco y determinación decidida para hacer respetar la legalidad internacional en el Sahara Occidental.

11.10.05


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