El Cine Vuelve al Sáhara
Limam Boisha
Por tercer año consecutivo, vuelve el cine a los Campamentos de Refugiados saharauis. Vuelve el cine con su magia, con su inspiración humana o divina. Vuelve para alegrar muchos corazones saharauis después de la herida del diluvio. Vuelve, para hacer estallar las carcajadas, sobre todo de los más pequeños.
Recuerdo que de niño la primera película que vi en mi vida fue en el internado "9 de junio", junto a muchos otros niños de mi generación. Fue algo verdaderamente mágico, ¡Cómo era posible que de un aparato salieran imágenes y personas y gritos y ciudades...¡¡ Era algo verdaderamente divino ante los ojos de un niño, que nunca había visto nada de eso, ni algo parecido. Aquellos años eran duros, los primeros del exilio, donde se comía poco y mal, el fantasma del hambre acechaba diariamente. La Hamada era salvaje, y muy furiosa, pasarían muchos años hasta que los saharauis aprendieran a convivir con ella. Én medio de ese difícil panorama, se estudiaba, ciertamente de manera caótica, pero se estudiaba.
Y en medio del hambre, las calamidades diarias y el ruido de la guerra, vimos cine. Allí en el patio de la escuela, nuestros maestros, que muchos de ellos ni siquiera habían terminado la secundaria, nos proyectaban películas, la mayoría eran de Shaplin, o documentales sobre el Sahara, o películas sobre la guerra de Argelia, Vietnam u otras revoluciones. Vimos hasta algunas películas comerciales, o sobre la historia del Islam como: "Mahoma, el mensajero de Dios", y que en árabe se conoce con el título de "Risala" (La Carta). Algunos de los momentos más gratos que recuerdo del internado son aquellas noches que nos proyectaban películas, mientras nos sentábamos apretujados sobre la arena, o más tarde cuando, se supone mejoraron un poco las condiciones, en el suelo de una enorme sala , sobre todo disfrutábamos con las de Shaplin ¡Cuántas carcajas¡.
Algunos años después ya adulto mientras estudiaba en Cuba, descubro con gran emoción y sorpresa que algunas de aquellas películas que veíamos en el internado, eran clásicos del cine universal. Películas como "Tiempos modernos" o "El Acorazado Pótemkin" esta última de Eisensten. Del "Acorazado Potemkin", nunca olvidé aquella imagen grandiosa del cochecito con el bebé rodando por la enorme escalinata mientras los soldados del Zar disparaban sobre la población civil que había salido a solidarizarse con los marineros alzados. (claro toda esa información la supe años despuésen Cuba).
A veces me pregunto, cómo esas películas pudieron pasar de unas manos a otras hasta llegar a nosotros, en medio de la Hamada. Este es un recuerdo a aquellos anónimas personas que se esforzaron en hacer reir a los niños del exilio, niños hambrientos y con el horror de la guerra en los ojos.
Lo que hacen y harán los organizadores de FISAHARA (Festival Internacional de Cine del Sáhara) por los niños y por la población saharaui en general, es tan importante y necesario como el cine improvisado y entusiasta que vimos aquellos años.
Ahora los saharauis debemos aprovechar el potencial humano y artístico del festival, para hacer un cine nuestro. Estoy seguro que el cine ha venido para quedarse, como hace años lo ha hecho la placa solar, y aunque el cine no tiene, a primera vista tanta utilidad como la placa solar, su mensaje es poderoso y su proyección es universal, justo lo que necesitamos para la Causa.
Y que Cuba sea el pais invitado a esta tercera edición del FISAHARA, es una elección muy acertada de los organizadores.
Limam Boisha.
01.04.06