La última manifestación celebrada en Madrid, con enorme
éxito de participación, por cierto, por parte de la
colonia saharaui residente en España, revela que el Movimiento
Asociativo para con la Causa Saharaui no ha captado, en toda su
dimensión, la política del Sr. Zapatero respecto del
Sahara Occidental.
En la cabecera de dicha manifestación se ha visto al
representante socialista para los movimientos sociales, Sr. Zerolo. La
pregunta que procede hacer es: ¿Qué hace ese
representante del PSOE en la cabecera de la Manifestación?
Quién le ha invitado?
A título
individual podía estar en cualquier parte de la
manifestación, pero estando en la cabecera de la misma viene ya
como representante del PSOE. Y a fecha de hoy resulta francamente
difícil entender qué hace un representante del PSOE en
una manifestación que defiende la Causa Justa del pueblo
saharaui.
En las relaciones hispano marroquíes, todos los analistas
coinciden en la apreciación de que desde la independencia de
Marruecos, jamás las relaciones entre ambos vecinos han ido tan
bien como ahora. Y cómo se ha conseguido un nivel de
relación que los más entendidos en la materia han llegado
a calificar como “luna de miel?” Cómo es posible que tan poco
tiempo después de lo de Perejil y de que las relaciones
estuvieran en su peor momento, se haya alcanzado un grado semejante de
buenas relaciones?
Es evidente que los actores políticos jamás
saldrán a responder semejantes preguntas. Por ello es necesario
recurrir a los hechos y los gestos para entender qué es lo que
ha pasado para que Marruecos y España estén disfrutando
de su “luna de miel”.
Ha renunciado Marruecos a sus aspiraciones sobre Ceuta y Melilla?. No. Se ha aprobado el acuerdo pesquero? Todavía no. ¿ Se ha reducido la exportación del hachis desde Marruecos hacia España? Tampoco. ¿ Existe colaboración satisfactoria en materia de seguridad? No. ¿ Gozan las empresas españolas de mejor trato que antes? No. ¿ El trazado de las fronteras marítimas, en el atlántico, se hará a gusto de España? No, y menos si hay petróleo.
Entonces, veamos el rosario de actuaciones que España ha llevado a cabo para granjearse la amistad del Rey Mojamé VI: España ha alterado su posición tradicional en la ONU sobre el Sahara. España ha defendido, a capa y espada, la inclusión de las aguas saharauis en el acuerdo pesquero UE-Marruecos. A propósito de la declaración del Consejo de Europa sobre la libertad de prensa en Marruecos, España, en contra de lo que querían los escandinavos, ha conseguido borrar de la declaración final las alusiones a la falta de libertad de prensa y la tipificación penal que pesa sobre el tratamiento de ciertas informaciones. España -Felipe González, mediante- está haciendo todo cuanto puede, en Latinoamérica, para frenar la ola de reconocimientos de la RASD. Zapatero ni siquiera se ha dignado a recibir a Mohamed Abdelaziz. Destacadas figuras del PSOE hablan, a menudo, de los avances democráticos de Marruecos. Y, finalmente, otras destacadas figuras de ese partido saludan el plan marroquí de la Autonomía para el Sahara.
No cabe duda, por tanto, que la hazaña de la luna de miel, fruto del buen hacer de Zapatero y Moratinos se ha conseguido sacrificando el derecho del pueblo saharaui. Ni más ni menos que Ignacio Cembrero ha llegado a expresarse en similares términos. Ya no cabe la menor duda de la posición real de Zapatero y Moratinos sobre el Sahara. Ya no se puede esconder su defensa de las tesis marroquíes. Definitivamente, se han ganado la enemistad de los saharauis. Digan lo que digan o se callen lo que se callen, su posición ha quedado meridianamente clara: al infierno con los saharauis.
Llegados a este punto, es preciso dejar claro que los saharauis no están pidiendo que España y Marruecos se lleven mal, lo que reclaman es que esa relación no se haga a costa de sus legítimos derechos.
Entiendo, por tanto, que la actuación del PSOE se sitúa en las antípodas de lo que reclama el Movimiento asociativo en su exitosa manifestación del 11 de noviembre de 2006. En un lado esta el pueblo saharaui y el Movimiento Asociativo, codo con codo, y en el bando opuesto está Marruecos y su aliado, el PSOE. Luego qué hace un representante del PSOE en la cabecera de una manifestación pro Sahara? También está infiltrado el PSOE en el Movimiento Asociativo? Quién le ha saludado a ese Señor, en la manifestación?
O es que dicha presencia ha sido el resultado de una decisión meditada y calculada?
Huneifa ibnu Abi Rabiaa
22.11.06
Para contactar con el autor: ibnuabirabiaa@yahoo.es