El deseo de reparar la injusticia cometida en el Sahara Occidental mediante una voluntad inequívoca y real de promover su independencia es un hecho transversal a todos los pueblos de España. Nacionalistas y constitucionalistas, periféricos y centralistas, mesetarios y no tan mesetarios, extrema derecha y extrema izquierda, derecha, izquierda y centro, republicanos y monárquicos, católicos y laicos, ecologistas y cárnicos. Todos desean que el Sahara Occidental alcance su independencia. Los representantes saharauis llevan treinta años intentando un equilibrio imposible. Evitan a Batasuna para no zaherir a otros, se justifican ante el PP cuando salen en la foto con el PSOE, apagan el móvil para no asistir a la mesa de Alianza Nacional, no airean sus amistades con el PNV y ERC para no alarmar a los demás partidos, y un largo etcétera de imposibles equilibrios. En efecto, la bandera saharaui podría, perfectamente, verse en cualquier mitin de cualquier formación política. En todos los partidos esa bandera es bienvenida. No existe cúpula de ningún partido capaz de contravenir los deseos de sus bases cerrando la puerta a la bandera saharaui.

Pero lo cierto, y a la vez injustificado, es que las mayores esperanzas siempre se han puesto en los gobiernos del PSOE. Treinta años de traiciones continuas son ya suficientes.

A estas alturas del conflicto, la voluntad real del PSOE en cuanto al Sahara Occidental resulta ya inequívoca. Ya no hay forma de evitar lo inevitable

UNO.- La era González ha sido una continua traición a la Causa saharaui. Se diga lo que se diga y lo niegue quien lo niegue, su largo reinado ha sido lo peor que le ha podido pasar al pueblo saharaui. El trato que Portugal ha dado a Timor Este está en nuestra mente, como contrapunto del trato que hemos recibido de la España de González. La actitud de González una vez que ha abandonado la Moncloa, confirma y reconfirma tales palabras. Desde entonces se ha convertido en el embajador y portavoz de las tesis marroquíes. En Latinoamérica y en otras partes se emplea a fondo contra la Causa saharaui.

DOS.- Cuando ZP llegó al poder, volvimos a albergar esperanzas en ese hombre que desairando a Washington hizo volver las tropas españolas de Irak. Ese actuar exquisitamente respetuoso con la legalidad internacional elevó nuestras esperanzas. Pronto supimos que no.

TRES.- El cambio de postura español en la Cuarta Comisión de NN.UU. ha sido un auténtico jarro de agua fría para aquellos que habiéndole votado esperaban de él una actuación en el Sahara parecida a su actuación en Irak.

CUATRO.- El intento de Moratinos de sacar el conflicto del Sahara de la esfera de la ONU para colocarlo en un ámbito regional (entiéndase España y Francia) nos indica las intenciones del PSOE. Por si había alguna duda, las declaraciones del ministro diciendo que la proclamación de la República saharaui se contradice con el derecho a la autodeterminación, confirman los peores augurios de lo que se puede esperar de este partido político.

QUINTO.- El enorme despliegue de medios diplomáticos realizado por el PSOE para que la UE apruebe el Acuerdo pesquero con Marruecos, que incluye las aguas del Sahara, refleja de forma inequívoca lo que la cúpula de este partido piensa del Sahara. Máxime cuando varios Estados se habían opuesto a esa inclusión, máxime cuando el precedente de USA había excluido el Sahara de su tratado de comercio con Marruecos.

SEXTO.- El departamento de Estado americano ha negado la recepción a Jalihenna uld Rachid. ZP y su gobierno se disponen a recibirle. Mientras la sociedad civil española otorga el V Premio Juan María Bandrés a Aminatu Haidar, símbolo de la resistencia saharaui y la recibe, efusivamente, en Barajas, el PSOE desempolva el mismo personaje que Franco había presentado a los saharauis en el año 1975. Curiosamente, cuando aún estaban ilegalizados los partidos políticos en España, Franco, creaba un partido político en el Sahara, el PUNS, al frente del cual puso a Jalihenna. Y es este mismo hombre quien vuelve a beneficiarse de las recepciones de ese PSOE que, por entonces, estaba reprimido e ilegalizado.

SÉPTIMO.- Se prodigan, los socialistas, en defender los derechos de los simios. Cuando todas las organizaciones no gubernamentales denuncian la violación continuada de los derechos humanos en el Sahara, el Gobierno ZP dice alegrarse de los avances de Marruecos en materia de los derechos humanos. Y qué esconde, entonces Marruecos, cuando impide la entrada en suelo saharaui a las delegaciones de parlamentos autonómicos? A caso existe una prueba más clara de la violación de los derechos humanos que la imposibilidad de acceder al territorio? Ni siquiera la ya olvidada comisión del Senado español acordada con el gobierno marroquí ha podido acceder al territorio.

Definitivamente está claro. El Partido Socialista Obrero Español está en manos del lobby promarroquí. No existe ni la más remota posibilidad de que mueva un dedo para saldar la deuda histórica con el Sahara. Su enorme permeabilidad a los intereses ocultos, caso de Tamayo y Sáez en la Asamblea de Madrid, impide que aflore en sus cúpulas lo que anida en sus bases.

Si el electorado ha sido lo suficientemente inteligente como para desalojar del poder a quienes mintieron sobre el 14-M, no requerirá tanta inteligencia para castigar electoralmente al partido que persiste en el engaño y la mentira. Que persiste en querer vulnerar la legalidad internacional.

No parece descabellado afirmar que la reparación de una deuda histórica bien vale el sentido de un voto electoral. En contra de los deseos mayoritarios de la opinión pública española, el PSOE, persiste en su empeño de entregar el Sahara a Marruecos. Hace todo menos apoyar la independencia del Sahara Occidental.

Sabemos que ha sido la sociedad civil portuguesa la que ha obligado a su gobierno a reparar su deuda con Timor Este, esperamos que la sociedad española esté a las alturas de sus vecinos. No pedimos que voten a un partido concreto. Sólo pedimos que no voten al PSOE.

Huneifa ibnu Abi Rabiaa (ibnuabirabiaa@yahoo.es)

09.05.06