ARSO es la prueba más palpable de que el pueblo saharaui es un pueblo libre. La sección de Opinión de ARSO es la prueba de que los saharauis pueden ejercer libremente su libertad de expresión y de que en el seno del Frente Polisario la libertad de crítica es real. A diferencia de lo que ocurre en Marruecos, en la RASD a nadie le encarcelan por criticar al jefe del Estado o a los dirigentes del Frente Polisario. El que lo dude, sólo tiene que leer los escritos que se publican en ARSO.
El hecho de que se critique a los dirigentes saharauis es, por tanto, algo en sí mismo positivo porque demuestra que la sociedad saharaui es libre. Ahora bien, aunque la crítica en sí misma es buena, según cómo se haga puede tener consecuencias contrarias a las pretendidas por quienes la hacen de buena fe. Y esas consecuencias son las que se buscan, deliberadamente, en Marruecos y en los foros y organismos enfeudados en la tarea del lobby a favor del Majzén.
¿Qué consecuencias son esas? La respuesta es muy clara y muy sencilla: destruir al Frente Polisario. Destruir al Frente Polisario como organización representante del pueblo saharaui. Destruir al Frente Polisario como parte en el conflicto del Sáhara Occidental frente a Marruecos. La existencia del Frente Polisario y de la RASD es un activo jurídico y político de un valor incalculable. Si no existiera el Frente Polisario, Marruecos podría imponer una "solución" al conflicto del Sáhara unilateralmente porque enfrente no habría nadie ya que si se consigue eliminar al Frente Polisario nadie, repito, nadie puede ostentar la representación del pueblo saharaui. Si se admite que es posible discutir una solución sin el Frente Polisario se está aceptando la derrota. ¿Alguno de los que considera que es posible una solución sin el Frente Polisario acepta negociar una solución sin Marruecos? La liberación del Sáhara Occidental sólo vendrá por el Frente Polisario y quien crea otra cosa o engaña a los demás o se engaña a sí mismo.
Entonces, ¿no hay posibilidad de crítica? Yo contesto: sí. La crítica es absolutamente necesaria y muy beneficiosa porque permite que la dirección conozca lo que funciona mal, algo que a veces los subordinados ocultan por afán de adulación o por otros motivos inaceptables. Pero entonces ¿cómo criticar sin destruir? Yo sugiero a los ciudadanos saharauis que cuando critiquen no hagan críticas "abstractas", "vagas" o "genéricas". Yo sugiero que cuando haya que criticar se critique a personas con nombres y apellidos. Sugiero que se critique actuaciones concretas. Que se pida la destitución de personas concretas o la anulación de decisiones concretas.
Que nadie tenga miedo. Casos concretos de corrupción o individuos corruptos los hay, desgraciadamente, en todos los países. Ningún país democrático está exento de esta lacra. Ni USA, ni el Reino Unido, ni España, ni Francia, ni Alemania, ni Suiza, ni Suecia... ningún país puede decir que no tiene dirigentes corruptos o que no hay prácticas corruptas. Lo que diferencia esos países del Majzén es que ahí la corrupción, una vez identificada por la crítica es perseguida. En el Marruecos tiranizado por el Majzén la corrupción es la esencia del sistema. Lo que más daño hace al Majzén es la honestidad. En el Frente Polisario, los casos de corrupción son vicios que atentan contra el sistema. Lo que más daño hace al sistema es la corrupción.
Hagamos una crítica responsable. Está en juego algo muy importante: nada más y nada menso que el presente y, sobre todo, el futuro del Sáhara Occidental.
23.01.06