Un artículo dominical de Manuel Vincent, aparecido en el diario
El País (4 de diciembre de 2006) y titulado "el
líder" me hizo reflexionar sobre la situación que
atraviesa nuestra causa nacional y la metamorfosis (casi Kafkaiana) que
han conocido nuestros dirigentes a lo largo de los años. En el
citado artículo el autor hace una comparación entre
el líder ( trabaja parado) y el político (sentado). Los
lideres dice Vincent "brillan cuando están de pié...
arrastran a las masas desde la tribuna con el verbo incendiario.... las
ideas y las pasiones atraviesan su rostro como un elemento transmisor
para volcarse en el público... el líder de masas tiene el
cuerpo flexible y las respuestas rápidas" y del político,
escribe el columnista que "como es lógico ha criado unas
posaderas redondas a lo largo de los años, luce ya una calvicie
mediada y es de pocas palabras". No quiero, en esta
contribución, polemizar ni designar a cada uno de nuestros
políticos (me parece que hace tiempo dejamos de tener
líderes) con la clasificación que hace Manuel Vincent,
pero sí me gustaría animar la discusión de este
foro acerca del esperado congreso del POLISARIO con algunas
interrogantes acerca de la situación en que nos encontramos y
cómo podemos volver a los tiempos en que no solo teníamos
líderes, sino que eran nuestro orgullo y nuestra esperanza para
recuperar nuestro territorio.
¿En qué manos esta nuestro futuro hoy? En la agenda de
quién figura velar por el destino de los miles de refugiados que
llevan más de 30 años esperando en el pedregal de la
Hamada poder retornar a su tierra libre? ¿Qué
líderes trabajan por los que dan su vida a diario en las calles
de las ciudades ocupadas o se tiran a una muerte segura al mar huyendo
de la represión de las fuerzas de ocupación? Hay veces en
que las cartas a la ONU, las protestas ante el enemigo o la eterna
espera solo demuestran torpeza, falta de firmeza o desconfianza en
nuestras posibilidades y hace que seamos los últimos
responsables de nuestro destino. Gritar en los sordos oídos de
la ONU es tan ineficaz como esperar que organice el referéndum,
pero más peligroso aún e imprudente es aguardar a que nos
sirva su próximo menú. No negare aquí, sin
embargo, que es bien claro que ha llegado el tiempo en que nosotros
también y -por fin- podamos aprovechemos de la presencia de la
MINURSO para preparar la táctica que vamos a utilizar en el
futuro, eso sí, solo como una estrategia y con TOTAL
CONVENCIMIENTO de que la ONU ya no pinta nada en el Sahara Occidental.
Con esta idea, un reordenamiento urgente, riguroso y real es un
imperativo si queremos afrontar la próxima etapa que comienza
este mes de enero de 2007. Desde la más alta esfera
jerárquica de nuestra organización se debe trabajar desde
ya con la noción de que es necesario sacrificar todos los
cargos, funciones y ego personales en aras del bien común de
todos los saharauis para recuperar la confianza de los ciudadanos y
restaurar algo de transparencia y credibilidad en los cargos de
responsabilidad, a la vez que rescatamos líderes saharauis que
"brillen de pié y puedan arrastrar a las masas". Algunas ideas a
debatir acerca de cómo debemos afrontar la próxima etapa:
Sencillas ideas
que de cierta forma pueden contribuir a enriquecer este debate,
quizás alentado por las difíciles condiciones por las que
surca nuestra causa nacional, tal vez, surgido como un grito en el aire
a la dirección del POLISARIO para que dejen de ser banales
políticos, puedan mover fichas y ser los líderes
que todos esperamos que nos guillen hacia la independencia nacional.
Espero, sinceramente, que los que aquí esgrimimos nuestros
razonamientos no estemos meramente "ordeñando nuestras camellas
en el charco".
FELIZ Y PROSPERO AÑO 2007 PARA NUESTRO
PUEBLO
Brahim Salama Ali
salamababaali@hotmail.com
29.12.06
--> enlace al articulo en EL Pais y otras protestas