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Estimados amigos y amigas:
Hace un año estabamos reunidos en Las Palmas. Hoy es tiempo de hacer un balance de este año de actividad, de proceder a una evaluación de nuestros esfuerzos, a fin de averiguar si el programa de acción que fijó la coordinación europea se ha cumplido y aplicado de la mejor manera, sin olvidar que solo podremos hablar verdaderamente de objetivo logrado el día en que el Pueblo Saharaui por fin reconquiste su derecho a la autodeterminación y recupere su libertad.
En esta ocasión yo no puedo sino rendir homenaje a todas y todos los que quisieron venir aquí y que con su presencia demuestran que el empeño de la coordinación de los Comités europeos de solidaridad está bien asumido y seguirá estándolo.
La actividad de la Task Force también lo demuestra perfectamente, pues siguió reuniéndose regularmente, para hacer un seguimiento de la situación y asegurar la prosecución de la acción. Y, sobretodo, siguió profundizando lo que fue decidido en la Conferencia en España, -un trabajo en el cual, en cada paso, se ha tenido siempre en cuenta el análisis del Frente Polisario -.
Además de estas reuniones y otras acciones, como la manifestación en el Parlamento Europeo, las acciones realizadas a nivel europeo alcanzaron a todos los responsables europeos e internacionales, así como al Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, y su Enviado Personal, James Baker. Ambos estuvieron siempre informados de la preocupación de los comités europeos, que ven cómo las Naciones Unidas no cumplen su labor en lo que concierne la aplicación del Plan de Paz. La Task Force se desplegó con su presidente Pierre Galand, sin escatimar los esfuerzos, para concretizar lo que decidió la Asamblea de los Comités y de las ONG.
El hecho de que la 26ª conferencia, o sea un cuarto de siglo de solidaridad, se celebre aquí en Bélgica, es también la ocasión para rendir homenaje a las amigas y amigos belgas de la solidaridad, y especialmente a Pierre Galand, fundador de EUCOCO. Quiero recordar que desde Bélgica, gracias a Oxfam y al Comité belga, en 1975 llegaron las primeras ayudas concretas de la solidaridad destinadas al Pueblo Saharaui.
Un cuarto de siglo de solidaridad, son también 25 años de lucha sin interrupción, llevada adelante por el Pueblo Saharaui, al fin de concretizar sus legítimos derechos a la autodeterminación y a la independencia. Y tenemos que decir que a la constancia de esta lucha corresponde la constancia de vuestra solidaridad. Nunca podremos expresar lo que vuestra solidaridad conforta al Pueblo Saharaui en los momentos difíciles, porque vosotros sois en cada instante el objeto de nuestro reconocimiento y de nuestra gratitud.
Pero, ahora, es momento de analizar objetiva y serenamente el proceso de paz y las evoluciones que se dieron durante el año pasado.
Se puede decir que dos puntos fundamentales aparecen muy claramente:
El primero es la confirmación de que el proceso refrendario no puede ser sino favorable al Pueblo Saharaui: es una evidencia que sobresale de la publicación de la lista provisional de votantes.
Segundo, que en el mismo momento en que emerge muy claramente esta evidencia, vemos multiplicar las tentativas de alejarse del Plan de paz y de sus disposiciones.
Respecto a este capítulo, hay que recordar las dificultades recurrentes en que se encuentra la aplicación del Plan de Paz debidas a la exigencia de Marruecos de que la MINURSO identifique a miles de sus colonos y ciudadanos, a fin de que puedan participar en el Referéndum, con el claro objetivo de falsear los resultados del voto.
La publicación de la lista debería poner la palabra fin a las maniobras obstruccionistas de Marruecos pero, muy al contrario, este país busca, una vez más, dejar en punto muerto la aplicación del Plan de Paz y la realización del Referéndum, inundando la Comisión de Identificación con miles de peticiones de recurso de ciudadanos marroquíes, rechazadas por la misma Comisión por no corresponder a los criterios establecidos por la ONU. Ahora la Comisión se encuentra con el impresionante número de 135.000 recursos, el 95% de los cuales no tiene justificación ni base legal alguna.
Está claro que esta actitud, tratando de poner otra vez en causa el trabajo laborioso realizado por la Comisión de Identificación, en condiciones muchas veces difíciles, menosprecia los esfuerzos y los considerables medios financieros desplegados por la Comunidad Internacional para realizar esta tarea. Con esta actitud Marruecos demuestra su intención de ignorar los llamamientos del Secretario General de la ONU, expresados en mas de un informe al Consejo de Seguridad, para que el proceso de recurso no se transforme en una segunda identificación.
Y no es sólo en este marco en el que se manifiestan las medidas de bloqueo por parte de Marruecos: la repatriación de los refugiados, por ejemplo, dio lugar, globalmente, a la misma actitud. Es decir, a cada progreso realizado se corresponden nuevos obstáculos interpuestos por Marruecos. Las medidas de confianza propuestas por James Baker, que deberían permitir un intercambio de visitas entre las familias separadas por el muro construido por el ocupante marroquí, han sido categóricamente rechazadas por éste.
Pero una nueva tendencia se dibuja respecto a los obstáculos de la aplicación del Plan de Paz: durante mucho tiempo estas tentativas procedieron de Marruecos y de su principal aliado en la ocupación del Sahara Occidental, - estoy hablando de Francia -. Ahora vemos desarrollarse una situación en que estas tentativas se benefician también de la complacencia de ciertos círculos de las Naciones Unidas, como lo demuestran los recientes informes del Secretario General.
En este punto hay que subrayar dos cosas:
Primero, es muy deplorable que el Secretario General y el Consejo de Seguridad no demuestren su determinación, al fin de llevar a Marruecos a respetar los esfuerzos y a cooperar lealmente con la MINURSO.
Pero, sobre todo, se ha conseguido poner en duda la eficacia de la MINURSO: así en diciembre de 1999, el Secretario General de la ONU hizo una evaluación muy negativa de la puesta en práctica del Plan de Paz para el Sahara Occidental, subrayando las dificultades presentes y futuras. De repente, los importantes progresos realizados en la aplicación del Plan se silenciaron o fueron minimizados. Los cuatro informes sucesivos siguen la misma lógica. Esta percepción falseada y negativa del trabajo de la MINURSO es el resultado, en gran parte, de las presiones constantes de Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad y aliado de Marruecos.
A pesar de todo, los avances son importantes:
Así, a comienzos del año 2000, la MINURSO terminó la identificación de alrededor de 198.000 candidatos al voto para el Referéndum de Autodeterminación. Empezada en 1994, esta difícil labor, que constituye la piedra angular del conjunto del proceso, fue efectuada con determinación por la Comisión de Identificación. Al final de todos estos años de trabajo, el 16 de enero del 2000, las Naciones Unidas publicaron una lista provisional compuesta por 86.349 votantes.
Para comprender mejor el enorme avance que representa la publicación de esta lista hay que subrayar los esfuerzos realizados para poder llevar a termino esta tarea: después de la entrada en vigor del cese del fuego en 1991, 600 millones de dólares fueron dispensados para la MINURSO. Este mismo periodo vio sucederse los esfuerzos de tres secretarios generales de la ONU, de seis representantes especiales, y de un enviado personal, en la persona de James Baker. En cuanto a los textos implicados, no menos de treinta resoluciones del Consejo de Seguridad y diez Asambleas Generales han sido realizados para llegar a este punto.
Negar estos importantes progresos de la aplicación del Plan de Paz quiere decir , desgraciadamente, hacerse eco de la propaganda marroquí. Esta percepción falseada del trabajo de la MINURSO empapa todo el ultimo informe del Secretario General del 25 de octubre del 2000 - un informe que atestigua sobretodo esta complacencia con las tesis marroquíes.
En efecto, este documento, que reconoce al fin que el tratamiento de las apelaciones puede ser examinado, presenta como implícitamente compatibles principios que no lo son en absoluto, sobre todo en el contexto del proceso de descolonización del Sahara Occidental. Así, en este informe se habla - cito sus palabras - de "la soberanía y de la integridad territorial de Marruecos", de la "delegación de una parte de los poderes de Marruecos" y, al mismo tiempo, se del respeto de las normas internacionales. Eso es simplemente una aberración que hay que subrayar y denunciar.
El respeto de las normas internacionales implica el respeto de las diferentes resoluciones de las Naciones Unidas, que afirmaron en todas ocasiones el derecho del Pueblo Saharaui a un Referéndum de Autodeterminación, para que pueda pronunciarse sobre su porvenir. ¿Cómo pueden, entonces, ser compatibles los principios y el derecho sobre descolonización con la - cito las palabras del informe - "soberanía y la integridad territorial de Marruecos", en la medida en que esos términos se basan en el hecho consumado de la invasión y de la ocupación a través la fuerza de los territorios del Sahara Occidental?.
A Pesar de ello, desde el mes de octubre del 2000, la Asamblea General viene reafirmando que la esencia del conflicto es un problema de descolonización, reafirmando la adhesión de la Comunidad Internacional al Plan de Paz y al derecho del Pueblo Saharaui a decidir su destino a través de un Referéndum de Autodeterminación.
Todo ello viene a reforzar la tentación de desviar el proceso actual, imponiendo al conflicto del Sahara Occidental una solución que se saldría del marco del Plan de Paz, dada a la perspectiva para Marruecos de perder un Referéndum que sea libre y regular. Este intento se conoce ya con el nombre de tercera vía, una nueva etiqueta con la que se pretende, con la ayuda de Francia, atraer a la Comunidad Internacional hacia la desprestigiada posición marroquí.
Sobre ese punto somos absolutamente claros. No hay ninguna otra vía aceptable para el Pueblo Saharaui que no sea el proceso refrendario, y la organización de este proceso es la única razón de ser de la presencia de la MINURSO.
El Pueblo Saharaui no tiene ninguna intención de abdicar a su derecho a la realización de un Referéndum de Autodeterminación, que es para un pueblo oprimido el medio natural de elegir su libertad y su dignidad.
Frente a la falta de voluntad política de Marruecos, frente a las maniobras subterráneas de los que apoyan esta actitud, es muy importante recordar la posición del Frente Polisario, según el cual el abandono del Plan de Paz no puede considerarse sino una ruptura del cese del fuego en vigor desde 1991, lo que, a su vez, pondría fin a la presencia de la MINURSO en el Sahara Occidental.
Pero, para todos los aquí reunidos, el verdadero reto inmediato es de otra naturaleza: el problema no es saber si las hostilidades pueden reanudarse, sino prevenir esa posible ruptura. Y para ello no hay otro camino que insistir en el cumplimiento de la legalidad internacional y, de los avances laboriosamente conseguidos durante los últimos años en el marco de la aplicación del Plan de Paz de las Naciones Unidas.
No debemos olvidar que el plan de Paz fue elaborado tras quince años de confrontación militar entre Marruecos y el Frente Polisario. Es innegable la confianza que el Pueblo saharaui depositó en las instancias internacionales y de la gran paciencia y enormes sacrificios realizados para conseguir una solución pacífica y definitiva del conflicto. Hoy se siente desengañado. Su amargura y frustración refleja la dimensión de la esperanza decepcionada. Y no puede comprender que éste referéndum, que se encontraba tan cercano, tan realizable hasta hace bien poco, hoy pueda ser una utopía por la simple constatación de que Marruecos, seguramente, lo perdería.
Para tener una idea de lo que costaría el abandono de este proceso, que requirió el consenso de las dos partes, no hay que mirar muy lejos: basta con poner la mirada en los últimos acontecimiento de Medio Oriente.
Por el contrario, el ejemplo de Timor Oriental, que hace tan solo un año consiguió librarse del ocupante indonesio y alcanzar la independencia, nos evita entrar en especulaciones estériles sobre las posibilidades reales de organizar un Referéndum de Autodeterminación.
Nuestra preocupación debe centrarse en evitar las nefastas consecuencias de un proceso de descolonización mal llevado a cabo o no terminado.
Por esta razón es importante definir y aclarar las prioridades para el próximo año.
- Primero, hay que defender tenazmente el Plan de Paz y oponerse a toda tentativa de salir de su marco, para seguir la llamada tercera vía. Solo un Referéndum de Autodeterminación libre, democrático y transparente puede garantizar la paz, la estabilidad y abrir el camino a un Maghreb reconciliado consigo mismo.
- Otro punto que necesita la máxima prioridad, respeto al cual nosotros seguimos pidiendo vuestra movilización y vuestro apoyo, es la situación humanitaria en los campamentos de refugiados. El año pasado, los campamentos vivieron una situación humanitaria especialmente grave, debido a la suspensión de la ayuda proveniente del ECHO. A este propósito quiero agradecer a las ONGs que han trabajado por ello, sus esfuerzos y la acción coordinada hacia las instituciones europeas, especialmente ECHO, para desbloquear esta situación.
Hay que seguir trabajando para que los gobiernos y las instituciones aumenten su ayuda humanitaria, dadas las crecientes necesidades de la población refugiada. En este sentido, quiero recordar que el PAM ha reconocido, finalmente, que los refugiados saharauis que necesitan ayuda son 155.000 y no 80.000.
Si nosotros decimos que la situación es grave, es también para recordar la urgencia y la necesidad para los amigos europeos de vigilar y demostrar voluntad de acción a nivel político. Ahora es más necesario que nunca coordinar un programa de acciones concretas hacia Europa, especialmente hacia las instituciones de la Unión Europea. En este sentido quiero recordar el éxito de las acciones dirigidas hacia el Parlamento Europeo durante el pasado año.
Pero, no sólo hacia la Unión Europea. Es necesario implicar al conjunto de las instituciones representativas del mundo en la reclamación del respeto al derecho internacional. Por ejemplo, una manera de movilizar la opinión internacional podría ser la de lograr la firma de parlamentarios de todo el mundo en una petición dirigida al Secretario General de la ONU exigiendo la organización de un Referéndum de Autodeterminación en el Sahara Occidental.
Yo deseo también recordar a España sus responsabilidades, como antigua potencia colonial, y la obligación que le corresponde de desarrollar una política coherente con la legalidad internacional.
Otro tema de inquietud y de urgencia es la incesante represión en los territorios ocupados por Marruecos. Desgraciadamente los medios de comunicación internacionales hablan cada vez menos del tema, bajo el pretexto de dar una oportunidad al nuevo rey. Esta complacencia contribuye de hecho a mantener en silencio detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, torturas y ejecuciones extrajudiciales, y al mismo tiempo banaliza todo el problema de las violaciones de los derechos humanos.
Por eso es necesario por todos vosotros, tengáis una mirada aguda y critica respecto a la represión en los territorios ocupados. La salvaguarda del nuevo rey no es excusa para el silencio. En ese contexto hay que trabajar para que delegaciones europeas visiten los territorios ocupados y puedan constatar ellas mismas la situación que allí reina.
Finalmente, sólo deseo subrayar que durante el pasado año la coordinación de nuestros esfuerzos contribuyó enormemente a una toma de conciencia por parte de Europa. A este respecto merece la pena recordar el éxito de la manifestación ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, después de la adopción por el Parlamento de una resolución sobre el conflicto del Sahara Occidental. En Europa los actos de solidaridad se multiplicaron en piases como España, Italia, Suiza, Bélgica, Suecia, Alemania y Francia.
Por ello, no podemos sino apoyar la tendencia, ya constatada, a una coordinación que supere los límites estrictamente europeos. Eso permitiría a la Coordinación Europea transformarse en un verdadero foro de solidaridad internacional hacia el Pueblo Saharaui. La participación africana es cada vez más importante, como lo atestigua la presencia de una importante delegación argelina encabezada por nuestra hermana la señora Benhabyles y de otros países africanos, como Sudáfrica y Angola. También están presentes delegaciones del continente americano.
Deseando el éxito total de nuestra conferencia, os expreso una vez más los agradecimientos del Frente Polisario por todas las acciones realizadas en el pasado, y las que vais a realizar en el porvenir y por vuestro esfuerzo de solidaridad con el Pueblo Saharaui.
Muchas gracias.