Adios amigo
Tengo sobre mi mesa de trabajo una fotografía tomada en Zaragoza, el día 27 de noviembre.
Desde esa foto, ventana de confidencias -porque de vez en cuando hablamos aún Salem y yo- recordamos el trabajo que hacíamos en estas oficinas del ayuntamiento.
Ibon qué follón esto no puede salir esta carta
Era el esfuerzo de cada día. Juntos, cabreados, riendo, llamando. Haciendo planes y preguntándonos. Sobre todo preguntándonos qué había que hacer para caminar en libertad, en nuestra tierra, con nuestra familia, con nuestros amigos. Cuándo podría ir a bañarme a las costas atlánticas, cuándo esto cuándo aquello esperando.
Intuyo su presencia en mis confidencias, sonriendo como en la foto; esbozando ese comentario de esperanza a la par que de lucha, cuando le pregunto, no sin miedo, sobre la definición de esta lucha.
Me pregunto si somos nosotros y nosotras el testimonio cualificado que retoma la enseña saharaui con vigor, valentía y voluntad de riesgo o tendremos que mirar de nuevo a los mártires de este Pueblo, a los que nos preceden, a Salem, para acercarnos a lo que hicieron, escribieron y dijeron y podamos hacer resurgir nueva fuerza de los rescoldos.
Salem este saludo ha sido interrumpido durante tiempo, pero no olvidado.
Podría contarte cómo vamos, qué planes tenemos, pero mejor será que, en la foto, nos digamos todo con la mirada.
Para tu familia, que sigue el camino de tantos hombres y mujeres, una sonrisa como la tuya.
Hasta luego amigo.
Ibon Arzelus