Carta abierta a JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO ante su próximo viaje a Marruecos

Estimado amigo:

Con motivo de su próximo viaje a Marruecos, invitado por el Gobierno presidido por Abderramán Yussufi, queremos manifestarle, en nuestro nombre y recogiendo el sentimiento de miles de ciudadanos y ciudadanas, nuestro interés y preocupación por la trágica situación que vive el pueblo saharaui.

Creemos que todos los esfuerzos son pocos por mejorar nuestras relaciones con el reino de Marruecos. Sabemos que España debe tener unas relaciones privilegiadas y de mano tendida con un país con el que estamos decididos a entendernos ... pero esperamos que todos estos deseos y buenas relaciones no sean sacrificando el derecho legítimo de autodeterminación del Pueblo Saharaui y a la realización de un referéndum en el que este pueblo pueda decidir libremente sobre su futuro.

Le deseamos todo tipo de éxito en este viaje, que sirva para fortalecer y estrechar relaciones a todos los niveles con nuestro vecino del sur, pero le pedimos que no se olvide de un pequeño pueblo que lleva 26 años en una situación muy difícil, con sus familias divididas, una parte soportando la dureza del desierto en los Campamentos de Refugiados y otra en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental sometidos a las acciones represivas de las fuerzas marroquíes.

Creemos que la población española vería hoy complacida una decidida defensa por parte de su partido de los derechos del pueblo saharaui a la independencia y a la libertad. Sería un acto de justicia y dignidad hacia un pueblo tantas veces sacrificado por intereses de estado y tantas veces olvidado.

Creemos que la actitud de España con los saharauis ha sido sencillamente bochornosa. Nadie abre aquí la boca para exigir que se celebre el referéndum, que fue la condición para implantar el alto el fuego a principios de los 90, y que se ha vuelto a aplazar. El abandono vergonzoso de lo que era una "provincia más" hace 26 años parece que no nos afecta directamente y seguimos mirando hacía otro lado y lavándonos las manos. ¿Hasta cuándo nuestra política exterior y de buena vecindad con el reino de Marruecos tendrá que seguir sacrificando a los saharauis como condición para su desarrollo?

No podemos seguir indefinidamente aceptando las presiones y chantajes marroquíes en este sentido. Han pasado casi diez años desde que la ONU y la OUA, con el Plan de Paz para el Sáhara Occidental, abrían un esperanzador proceso de pacificación con el fin de permitir al pueblo saharaui ejercer su legítimo derecho a la autodeterminación y a vivir en paz y libertad en su territorio. No podemos distraer la atención con engañosas soluciones autonómicas, terceras vías, ... que impedirían de hecho el ejercicio a la autodeterminación de los saharauis y otorgaría la soberanía de Marruecos sobre el territorio.

Desde entonces todas las actuaciones de Marruecos han estado dirigidas a entorpecer el proceso y a retrasar la celebración del referéndum de autodeterminación del Pueblo Saharaui previsto en el Plan de Paz. Marruecos anunció que no permitiría la celebración del referéndum si Naciones Unidas no acepta a todos los candidatos que el reino Alauita presentó a la Comisión de Identificación (MINURSO) y que han sido rechazados. Con esta actitud pretende imponer por todos los medios la realización de un referéndum confirmativo de sus tesis expansionistas. Su postura no sería tan firme si no contara con la complicidad de otros países que, como Francia, defienden sus propios intereses en la zona.

Marruecos se burla de manera evidente tanto de las Naciones Unidas, como de la Comunidad Internacional, que han empleado una considerable profusión de medios materiales y humanos para el cumplimiento del Plan de Paz, promoviendo la presentación masiva de apelaciones que bloquean la misión de la ONU. Por otra parte, las continuas violaciones de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental por las fuerzas de ocupación de Marruecos contra ciudadanos saharauis indefensos, puede derivar en una radicalización del conflicto pudiéndose convertir el Sáhara en un nuevo Timor.

Una política exterior basada en una clara posición ética tendría que intentar paliar tantos años de sufrimiento causado injustamente a un pueblo que no hace mucho perteneció al estado español; no pudiéndose hablar en nuestro país de una verdadera democracia hasta que los saharauis no puedan vivir en paz y libertad en su tierra. Como así mismo que España sea una eficaz defensora de los derechos humanos en cualquier parte del mundo donde estos sean vulnerados.

Reclamamos de nuestros políticos una mayor coherencia en sus declaraciones y en sus actos con los principios de la Carta Fundacional de las Naciones Unidas.

En nuestras reclamaciones siempre tenemos presente que la Asamblea General de las Naciones Unidas destaca el derecho de los pueblos a la libre determinación, y la concesión sin demora de la independencia a los países y pueblos coloniales y reafirma la legitimidad de los pueblos por su integridad territorial, unidad nacional y liberación de la dominación y ocupación colonial y extranjera por todos los medios disponibles incluida la lucha armada.

El Tribunal Internacional de Justicia de la Haya dejó clara la identidad suficiente del pueblo saharaui para vivir en libertad debiéndole ser aplicado el principio de autodeterminación.

La resolución 34/37 de la Asamblea General de la ONU de 1979, reafirma el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, reconoce la legitimidad de su lucha, se felicita del Acuerdo de Paz con Mauritania, exige de Marruecos la retirada de las fuerzas de ocupación y reconoce al Frente Polisario como representante del pueblo del Sáhara Occidental.

El 5 de diciembre de 1984 la Asamblea General reafirmó que la cuestión del Sáhara Occidental era un problema de descolonización que debía aún completarse por el Pueblo del Sáhara Occidental.

Estas y otras resoluciones, tanto de la ONU como de la OUA, marcan una doctrina inalterable a favor del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, considerando el conflicto del Sáhara Occidental como un proceso de descolonización inacabado.

El camino emprendido por el pueblo saharaui en busca de su libertad e independencia es irreversible y seguir causándole más sufrimiento y dolor nos parece absurdo y gratuito. Tener hoy una política activa por la paz y la estabilidad, evitaría nuevamente una guerra que no desea nadie, con unas consecuencias imprevisibles y defendería los intereses del Estado Español en esta zona del norte de África tan cerca de nuestras fronteras, ocupando una posición de privilegio en un futuro no muy lejano.

JOSÉ TABOADA VALDÉS

Coordinador General de las Asociaciones de Amigos y Amigas del Pueblo Saharaui del Estado español.

P.D. Estaríamos encantados de que pudiera visitar los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf y compartiera con nosotros la tradicional hospitalidad saharaui.


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