OPINION

 

LA ANEXIÓN: UNA POLÍTICA CONDENADA AL FRACASO

Grupo Interuniversitario de Opinión *

El cambio político también ha afectado a nuestra política exterior en el Magreb y en cierta medida gracias a los conspicuos representantes del pro-marroquinismo canario (Martín, Mauricio, Suárez Gil, ...). Las visitas de los presidentes español y canario a Marruecos constituyeron gestos evidentes de favoritismo hacia un Estado, Marruecos, que no han tenido correspondencia con ningún otro país de la región. El esperado regalo para sellar la nueva amistad es el que todos se sospechan: el apoyo a la anexión marroquí del Sáhara Occidental. Para escenificar la nueva traición se vislumbraba una estrategia conjunta política y económica.

Políticamente, se sucedieron declaraciones del presidente Rodríguez y diversos cargos del gobierno y su partido (Moratinos, Bernardino León, Trinidad Jiménez, Pasqual Maragall), que coincidían en varias consignas ("curiosamente" contrarias al Derecho Internacional): reconocer a Marruecos unos pretendidos "derechos" sobre el Sáhara; implicar a Argelia como parte principal en el conflicto saharaui convirtiendo al Frente POLISARIO en apéndice de ésta; liquidar el "plan Baker II" para promover una "solución" que no contemple un referéndum de autodeterminación que incluya la opción de independencia.

Económicamente, se trataba de utilizar, en connivencia con el gobierno autonómico canario, una serie de instrumentos financieros españoles y comunitarios (la Reserva de Inversiones de Canarias, las ayudas a las Regiones Ultra Periféricas y el Instrumento de Vecindad) para legitimar de facto la anexión mediante inversiones en el Sáhara ocupado. Las "prisas" se explican en buena medida porque el marco europeo debe redefinirse en un plazo de un año aproximadamente.

A estas consignas generales se añadieron en Canarias otras. Primero, la "congelación" de las prospecciones petrolíferas de Repsol en aguas españolas que, en su día, fueron protestadas por Rabat. No importaba que para complacer a Rabat se cayera en el ridículo y la mentira porque, ¿desde cuando una plataforma petrolífera contamina más que una refinería donde tienen que atracar petroleros? Y segundo, la extraña obsesión por "delimitar" las aguas con Marruecos. Decimos extraña porque las aguas fronterizas con Marruecos están perfectamente delimitadas por la mediana que se traza frente a Cabo Juby-Villa Bens. Y decimos extraña porque al sur del paralelo 27'40º no hay nada que delimitar con Marruecos, porque Marruecos no es la potencia administradora del Sáhara legalmente.

El tiempo va poniendo las cosas en su sitio y se ha visto que la política de anexión no es viable. Asistimos ahora a un desdecirse que deja nuestra política exterior en el ridículo y sin credibilidad. Los "cerebros" de la entrega no quisieron pensar en los contratiempos de su torpe política.

Argelia, por boca de su ministro de Asuntos Exteriores y su Presidente, resistiendo a las tremendas presiones ha declarado que no va a participar en una conferencia internacional cuatripartita (España, Francia, Marruecos y Argelia) para "resolver" el conflicto del Sáhara; además, ha recordado alto y claro (con esa claridad que se echa de menos ahora en la política española) que la parte en el conflicto es el pueblo saharaui y que cualquier otra iniciativa sólo es una maniobra dilatoria para consolidar la ocupación ilegal del territorio.

El Frente POLISARIO, contradiciendo la pretensión española de introducir ciertos "ajustes" en el Plan Baker II, ha recordado que la ONU concibió el plan, precisamente, como un todo que se toma o se deja sin que fuera susceptible de renegociación por el riesgo que ello conllevaría de aplazar de nuevo una solución.

La sociedad civil española ha empezado a movilizarse en apoyo del Sáhara Occidental, siendo una prueba de ello la carta-manifiesto que más de 200 escritores (incluyendo al premio Nobel, José Saramago) dirigen al presidente español exigiéndole que se avenga a la legalidad internacional.

La compañía holandesa de prospecciones petrolíferas Fugro N.V., siguiendo los pasos de la noruega TGS-Nopec, decidió el 30 de julio no volver a operar en las aguas del Sáhara ocupado sin consultar previamente con el representante legítimo del pueblo saharaui, el Frente POLISARIO.

Y, finalmente, los Estados Unidos, por partida doble, han puesto las cosas en su sitio. El representante para el Comercio del gobierno norteamericano, Robert Zoellick, declaró oficialmente que el Acuerdo de Libre Comercio firmado con Marruecos sólo afecta al territorio internacionalmente reconocido de este país y, por tanto, no incluye el Sáhara Occidental. Y, para rematar la faena, James Baker, saliendo de su silencio, el 19 de agosto en una larguísima entrevista da su visión del conflicto, recuerda (en Canarias muchos tienen que leer esa entrevista) que lo de Marruecos en el Sáhara Occidental es una "ocupación" y que mientras no se cumpla el Derecho Internacional su presencia allí estará viciada.

Los "colaboracionistas" seguirán en lo suyo. Pero ya no pueden ignorar que "lo suyo" está condenado al fracaso.

(*) Manuel de Paz Sánchez, Universidad de la Laguna, Sergio Ramirez Galindo, Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Carlos Ruiz de Miguel, Universidad de Santiago de Compostela, Ricardo Aguasca Colomo, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

publicado en TFPress del viernes 10 de septiembre de 2004


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