OPINION

 

EL GOBIERNO ZP Y EL PUEBLO SAHARAUI

Mustapha Mohamed-Lamin Ahmed


La reciente visita del presidente de Guinea Ecuatorial Obiang Nguema a España, y la polémica que suscitó dicha visita, el claro rechazo que provocó en la opinión pública, tanto por parte de los medios, como por parte del Congreso de los Diputados, podrían haber tenidos efectos negativos en el ejecutivo ZP.

Tantos obstáculos provocaron algún que otro desconcierto en el ejecutivo socialista, fruto del cual fueron las declaraciones del Sr. López Aguilar, Ministro de Justicia, en las cuales sostuvo que la visita «se debe a que Guinea es la única (sic) República de habla hispana en el continente africano», nadie cuestionaría el saber del Sr. Aguilar, pero semejante disparate revela cierta languidez en los conocimiento del ministro. López Aguilar parece haber ignorado la existencia de un pueblo hispanohablante africano, como somos los Saharauis, que además, nuestra República es miembro de pleno derecho de la Unión Africana.

Esto no es casual, ni podemos decir que se trata de un hecho aislado. Afirmaciones de esta naturaleza están bien premeditadas, medidas calibradamente y estudiadas con lujo de detalle. Las intenciones del señor ministro son, cuanto menos, perversas, y dejan en evidencia la clara inclinación de los socialista en el gobierno por las tesis anexionista del reino alauí.

Las declaraciones del responsable de justicia ya tuvieron un precedente en el ejecutivo socialista. A principios de este año, el responsable de la diplomacia española, el Sr. Moratinos, coincidiendo con el XXX aniversario de la RASD declaró que la existencia de la República Saharaui era una contradicción con el principio de autodeterminación. Se olvidó entonces el Sr. Moratinos de afirmar lo mismo de los acuerdos tripartitos de Madrid, cuyo resultado fue entregar el Sahara Occidental a Marrueco y Mauritania respectivamente, y ahí se debilita la lucidez del jefe de la diplomacia española. No cabe exigirle, pues, que condenara la ocupación. Los Saharauis estamos acostumbrados, lamentablemente, a ser menospreciados por este ejecutivo.

Tampoco fue capaz, el Sr. Moratinos, de condenar las violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen marroquí en los territorios ocupados Saharauis.

Y lo último del gabinete diplomático español, sorprendente e insólito, fue la abstención de España, junto con Francia, de la votación en la cuarta comisión descolonizadora de la ONU. Sorprende mas cuando sabemos que por primera vez, quince países Europeos votaron a favor de la descolonización del Sahara, entre los cuales destacan Inglaterra e Italia. Queda lejos pues, la "fe europeista" del Sr. Zapatero.

Esperar que el gobierno socialista condenara, cosa poco probable, los crímenes cometidos por Marruecos contra los derechos humanos, es ilusionarse sin sentido. Sobre esta materia precisamente, el gobierno español fue preguntado, a finales de junio pasado, por el diputado Joan Herrera sobre la situación de derechos humanos en el Sahara. Cuatro meses para responder tardó el gobierno, y la respuesta es otra ovación a los atropellos de Marruecos, cuando firma que «el gobierno ha transmitido en numerosas ocasiones a Marruecos la importancia de que sean respetados, de conformidad con su legislación interna y los principales instrumentos jurídicos internacionales en la materia». Hablar de legislación interna en referencia al Sahara es un reconocimiento implícito (muy explícita en los últimos tiempos) a la soberanía marroquí sobre los territorios ocupados, mas cuando se mira con buenos ojos el proyecto de autonomía. En cuanto a los instrumentos jurídicos internacionales, nos gustaría saber a qué instrumentos se refiere el gobierno español. Deja claro, el actual ejecutivo, que las denuncias de Amnistía Internacional carecen de validez jurídica alguna, o así, al menos, lo insinúa el gobierno Zapatero.

El actual gobierno español, con Zapatero a la cabeza, parece tener un empeño especial en prolongar el sufrimiento del pueblo saharaui. Y eso que el presidente del gobierno español prometió una solución en el plazo máximo de seis meses cuando tomó posesión de su cargo. Nos acercamos a los tres años de legislatura y aún estamos esperando Sr. Rodríguez Zapatero.

Mustapha Mohamed-Lamin Ahmed

tinduf12@hotmail.com


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