OPINION

LOS DÍAS DE LA OCUPACIÓN ESTÁN CONTADOS

KAMAL FADEL, representante del F. Polisario en Australia

(Traducido del inglés por L. Haidar)

 

El treinta de enero de 2004, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó la resolución 1523 (2004) por la que se prorroga el mandato de la misión de la ONU (MINURSO) hasta el 30 de abril, dándole así más tiempo a Marruecos para responder al último plan de paz para el Sáhara Occidental.

Mediante la adopción de una resolución como ésta, el Consejo de Seguridad le está enviando a Marruecos un mensaje enérgico: que sus intentos de cambiar el Plan de Paz de Naciones Unidas para ponerlo a su favor son inaceptables y que sus tácticas dilatorias son vanas. Se acabó el discurso diplomático de "pedir a las dos partes cooperar" del que Marruecos se ha aprovechado durante tanto tiempo. Ahora, Naciones Unidas ha declarado claramente que es Marruecos quien continúa desafiando al consenso internacional.

Tras trece años de dilaciones y maquinaciones, el régimen marroquí se ha quedado por fin sin máscara y se ha descubierto su fea cara ante todo el mundo, inclusive el Consejo de Seguridad de la ONU. Así que la pelota está en el campo de Marruecos.

Enero ha sido, con diferencia, el peor mes para el régimen marroquí, pues en él tuvieron lugar tres acontecimientos significativos que suponen otros tantos reveses para Rabat.

El primero de ellos es la liberación de 12 presos políticos saharauis de las mazmorras marroquíes como resultado de una efectiva campaña internacional en su apoyo, junto a la resistencia desde las zonas ocupadas y, lo que es todavía más importante, el desafío de los propios presos.
La puesta en libertad de los presos saharauis es un ejemplo del fracaso marroquí en aplastar la resistencia saharaui de las Zonas Ocupadas del Sáhara Occidental, además de ser una señal de que el régimen marroquí está debilitado y ya no puede resistir ninguna presión.

El segundo acontecimiento importante es el anuncio del intercambio de visitas familiares entre los saharauis, separados por la guerra, la ocupación y el muro de arena levantado por Marruecos. Las visitas serán patrocinadas por el ACNUR y forman parte de las llamadas medidas de confianza cuya aceptación está solicitando la ONU a Marruecos desde hace mucho tiempo.
Las visitas echarán por tierra los mitos y mentiras perpetuados por Rabat, de que los saharauis que huyeron del Sáhara Occidental, y que actualmente viven en los Campamentos de Refugiados, son "rehenes" a los que no se les permite viajar, están retenidos contra su voluntad y que les gustaría volver a los territorios ocupados. Si dichas alegaciones fuesen ciertas, el Frente Polisario no habría sido el primero en aceptar dichas visitas, sobre todo teniendo en cuenta que Marruecos mismo las ha rechazado. Además, Marruecos es quien todavía sigue rechazando el retorno de los refugiados y la celebración del referéndum de autodeterminación, que son, respectivamente, la máxima prueba de la lealtad de los saharauis y la única consulta democrática que acepta el pueblo saharaui.

El tercero, y otra debacle para el régimen marroquí, es la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que, una vez más, reiteró la determinación de Naciones Unidas y de la comunidad internacional para llevar a cabo el proceso de paz basado en la organización de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental.
Los responsables marroquíes practicaron una descomunal diplomacia circense durante el año pasado en la que participó el mismísimo rey. Estuvieron de gira por todos los rincones del planeta exponiendo sus triquiñuelas, intentando convencer a la ONU para que cambie el último plan de paz para el Sáhara Occidental y acepte la ocupación ilegal consumada por Marruecos; mas, finalmente, fracasaron. Parece ser que a James Baker no le ha impresionado la lamentable escenificación marroquí y que la comunidad internacional se ha negado a tragarse sus mentiras.

Si los acontecimientos recientes no han bastado, todavía le esperan al régimen marroquí peores noticias, pues la resistencia saharaui en los territorios ocupados continuará y crecerá. Las familias saharauis volverán a estar juntas después de 28 años de sufrimientos, guerra y exilio; compartirán episodios de resistencia y esperanza de un futuro mejor en un Sáhara Occidental independiente, y es muy probable que esto impulse el desafío de los saharauis de las zonas ocupadas que sufren la opresión bajo el dominio marroquí. Además, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas revisará una vez más la causa saharaui durante los próximos meses, lo que supondrá un aumento de la presión ejercida sobre Marruecos.

Esto quiere decir que el régimen de Marruecos no puede soportar la enorme presión que se está ejerciendo sobre él y que, en realidad, sus días en el Sáhara Occidental están contados. Lo único que hace falta es más resistencia y paciencia por parte del pueblo saharaui, además de algo vital, que es el aumento de la solidaridad internacional con la causa saharaui.

1 de Febrero de 2004


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