Révolte des Sahraouis - Revolt of the Saharawis - Revuelta de los Saharauis

 

LA ACTIVISTA SAHARAUI DE DERECHOS HUMANOS EX SECUESTRADA, CESADA DE SU TRABAJO Y ACTUALMENTE PRESA POLÍTICA, AMINATTU HAIDA, NÚMERO DE RECLUSIÓN: 26232. CÁRCEL LOCAL DE EL AAIÚN (SÁHARA OCCIDENTAL)

 

TESTIMONIO SOBRE EL SUFRIMIENTO DIARIO EN EL INTERIOR DE LA TERRIBLE CÁRCEL NEGRA DE EL AAIÚN OCUPADO (SÁHARA OCCIDENTAL)

 

Tras más de dos meses después de haber sido torturada, al igual que mis compañeros activistas de Derechos Humanos: Elhoussein Lidri y Fatma Ayach (en plena calle) y Hmad Hammad (ante la puerta del hospital) el día 17 de junio de 2005; y secuestrada del ala de Urgencias del hospital Hassan Belmahdi dos horas después para ser encarcelada preventivamente sin concreción ni de tiempo ni de lugar para mi enjuiciamiento hasta el día de hoy, continúan mis sufrimientos cotidianos por parte de la administración de la terrible Cárcel Negra de El Aaiún ocupado y por orden de los Servicios Secretos de ocupación marroquíes. Intentaré hacer un pequeño resumen desde este odioso lugar:

Se me ha impuesto el aislamiento total de mis compañeros presos políticos saharauis, lo que incide en mi moral de manera trágica, pues desde mi primer día en la horrible Cárcel Negra se me impidió verles y comunicarme con ellos en el marco de las visitas internas que permite la administración a todos los presos, incluidos los de derecho común; y esto no es más que un acto cobarde al que nos tiene acostumbrados el enemigo y cuyo objetivo es dispersar y dividir a los saharauis de todas las maneras posibles.

Así, gracias al hecho de impedirme visitar a mis compañeros "los héroes de la Intifada de la Independencia" y a este acto ilegal se me ha hecho posible evocar los sufrimientos de miles de presos y familias saharauis a quienes se les impide verse los unos a los otros por estar divididos en dos zonas durante más de 30 años mediante el Muro de la Vergüenza que el ocupante marroquí levantó en medio de las tierras del Sáhara Occidental tras su injusta invasión del 31 de octubre de 1975.

También, se me prohíbe la visita diaria, con lo que veo a mi familia y a mis hijos una sola vez a la semana (el viernes). Sin olvidar que esta corta visita tiene lugar en unas circunstancias malísimas debido al acoso y a las provocaciones de la administración de la prisión y sus funcionarios que pretenden humillar a mis visitantes y molestarles antes y durante su entrada, así como la realización de cacheos a hombres y mujeres.

Y lo peor de todo ha sido el cacheo puntilloso y provocador de mis dos hijos, mi hija Hayat y Mohamed, lo que les ha causado fobia y horror con el resultado natural de tener miedo a visitarme. De esta manera, aumentan mis sufrimientos como madre presa tras los barrotes a lo que se le añade el impedimento de ver a sus pequeños.

Mas lo que alivia la enorme tortura psicológica que sufro en mi menuda celda, en medio de la enorme cárcel impuesta a todos los saharauis a causa de la ocupación; y lo que compensa, aunque sólo sea un poco, mi cariño y anhelo por las niñas de mis ojos Hayat y Mohamed, es en realidad mi gran fe en la justicia de mi causa y mi arraigado apego a los principios de la eterna Revolución del 20 de Mayo. Así, he cogido fuerzas de los sufrimientos de los hijos de los mártires, entre los que hubo quien degustó la amargura de la horfandad siendo todavía feto en el útero de su madre... También puedo sentir la esperanza que embarga a los hijos de los secuestrados saharauis de paradero desconocido que sueñan cada noche con el reencuentro de sus seres queridos.....

También mi tortura me resulta más fácil cuando pienso en los niños saharauis inocentes a los que se impuso la ocupación marroquí y el vivir bajo el estruendo de los cañones; a los que se dispersó y alejó de su país por la fuerza mientras muchos de ellos eran asesinados con bombas de napalm y fósforo blanco prohibidas internacionalmente. Y a pesar de todo no cejaron en el cumplimiento del compromiso de los mártires, a pesar de las circunstancias del exilio y de su privación de vivir de manera segura y estable.

Y continuó la resistencia saharaui, se arraigó y se convirtió en herencia sobre la que se turnan generaciones con una bizarría férrea y una intensa fe, pues ni la amargura del exilio ni las matanzas, secuestros y torturas, ni la política de la intimidación ni el despojo de bienes materiales, podrán doblegar a los intrépidos hijos del pueblo saharaui e impedirles seguir el camino de la lucha de los virtuosos mártires que tiñeron el mihrab de la libertad con su sangre casta y pulcra en defensa del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia, derecho que no acepta ni libre disposición ni prescripción y por el cual vivimos todos y morimos.

La historia conservará los nombres de miles de valientes y de símbolos que despreciaron su vida en el campo de batalla y cayeron mártires por la libertad y la dignidad, lo que hizo que el enemigo, antes que nadie, se cerciorara de la resolución del pueblo saharaui y su perseverancia en obtener sus legítimos derechos cueste lo que cueste.

Tras 15 años de cruentas batallas y una guerra destructiva, los ciudadanos saharauis de las zonas ocupadas han empezado una militancia pacífica y civilizada sin parangón; de todas las edades y clases sociales, sin armas y a pecho desnudo, se enfrentan al aparato represor marroquí encendiendo el volcán de la furia bajo los pies de los cobardes invasores; desafían a un régimen tirano que sólo sabe torturar a mujeres, niños y ancianos, asaltar de noche viviendas y secuestrar y encarcelar a todo aquel que pronuncie una exigencia respaldada por tratados y convenciones internacionales, todo ello en un intento de reprimir la voluntad de un pueblo indefenso.

Y sepan Ichy Abulhassan, Abdelhak Rabia, Hamid Bahry, Ibrahim Bansamy, Hamidu Laanigry, Fuad Ali Alhimma y otros miembros de los aparatos del régimen marroquí, que el precocinado de expedientes y el endoso de acusaciones no impedirá a los honestos militantes libres continuar sus luchas y sacrificios legítimos. Y sepa el régimen marroquí con todos sus aparatos que ya no hay margen para cegar a la opinión pública internacional y marroquí; ya no se puede continuar con los viejos/nuevos engaños, pues ya es hora de que pare la máquina de represión marroquí y se le dé la razón al pueblo saharaui en su derecho a la autodeterminación de forma justa, libre y transparente según viene estipulado en las convenciones internacionales y en las respectivas resoluciones de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad.

Es también hora de que el organismo mundial mueva ficha para frenar la irresponsabilidad del régimen marroquí e imponer su representatividad de la legalidad internacional.

Basta ya de derramar sangre de inocentes, basta ya de violaciones de los derechos humanos, ¡bástennos ya 30 años de sufrimientos, de tragedias, de exilio, de secuestros, de torturas, de crueldad, de violaciones de las libertades ...!

En nombre de mis compañeros presos políticos saharauis en la horrible Cárcel Negra de El Aaiún ocupado (Sáhara Occidental), en la cárcel local de Ait Mal-lul (Agadir, Marruecos) y en la cárcel de Aakacha (Casablanca, Marruecos), y desde el interior de mi aislamiento envío este grito a la opinión internacional y local, a los organismos y organizaciones de Derechos Humanos y a todas las mentes conscientes para que intervengan urgentemente en defensa del respeto de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, sobre todo el derecho a la autodeterminación, a la libertad de expresión y a la manifestación pacífica.

De la presa política saharaui en la Cárcel Negra de El Aaiún (Sáhara Occidental)
22.08.05

Aminattu Haidar
Número de reclusión: 26232


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