ACUERDO DE PESCA: ¿DÓNDE EL PATRIOTISMO?

El embajador de Marruecos ha enviado a la prensa un largo texto lleno de falsedades sobre el acuerdo de pesca. Como investigador del asunto Sáhara, dedicación que nace de lo que vi sobre el terreno como periodista en aquella guerra, creo que los errores exigen respuesta. En efecto, tras conocerlos en vivo y estudiarlos a fondo, me convencí de la verdad que asiste a los saharauis.

Lo mínimo que debe exigirse a un Embajador, me parece, es conocer el Derecho Internacional. Así, debiera leer el dictamen del Tribunal Internacional de La Haya, 16 de octubre de 1975, justo antes de que Hasán II anunciase la Marcha Verde para invadir el Sáhara. Según ese dictamen, "...los materiales (...) traídos a su conocimiento no establecen la existencia de ningún vínculo de soberanía (...) entre el territorio del Sáhara Occidental (...), y el reino de Marruecos". Es decir, que las que el embajador llama "provincias saharianas del sur", invadidas militarmente por Marruecos sin éxito hasta hoy, nunca fueron marroquíes. Tampoco sus aguas territoriales, objeto en su mayoría del Acuerdo de Pesca con la UE que Marruecos rechaza. Pero por pescar en esas aguas, cobraba de Europa 72.377 millones de pts. anuales en el último convenio

¿Por qué buscar otros caladeros lejanos, cuando el banco pesquero mundialmente llamado "canario-sahariano" pertenece sólo a los saharauis, que a pesar de todo se muestran leales a España? ¡Marruecos negocia sobre aguas que en su mayoría no le pertenecen! ¿Por qué no concentrar esfuerzos en conseguir la solución del problema saharaui, sólo pendiente de presión internacional para que Marruecos acepte la legalidad vigente?

La ocurrencia del presidente francés Valéry Giscard d'Estaing de respaldar en 1975 la invasión del Sáhara por Marruecos empezó un largo conflicto que aún dura. Y nadie en ese país del Magreb, como tampoco en Francia, sabe cómo salir de esa mala actuación política, contraria a Derecho, que sólo causó ruina económica, miles de muertes sobre todo en Marruecos y dolor humano: como periodista, hablé a menudo con marroquíes prisioneros del Polisario, e incluso atravesé el "infranqueable", y absurdo, "muro" del desierto, que no es tal. Me parece necesario afirmar que, tanto en las negociaciones pesqueras con la UE, como al iniciar la guerra que ese país mantiene con los saharauis, Marruecos ha actuado sin visión de futuro empresarial. Es decir, hizo un mal negocio.

El embajador señala que Marruecos es "generador de emigración": por favor, plantéese por qué. En el pasado fui viajero asiduo por Marruecos (soy granadino, y por los barrios antiguos de Fez y Marrakech me sentía como en mi Albaycín), y los amigos que allí hice me corroboran por teléfono que es cierto lo que la prensa española afirmaba: "tres de cada cuatro" marroquíes desean emigrar. Que los políticos y embajadores de Marruecos investiguen las razones, y obren en consecuencia.

El embajador repite lo que su Gobierno afirma a menudo, es decir, que el Polisario fue "invento de su enemiga Argelia". Le recomiendo el libro del gran periodista y buen intelectual que es Paul Balta, El gran Magreb De las independencias al año 2000, Siglo XXI, 1995. Dice el profesional francés: "...En una entrevista que me concedió, Bumedián lamentaba la ausencia de un entendimiento: "Entre el hierro de Gara Yebilet en Argelia y el de Zuerat en Mauritania, entre los fosfatos de Bu Craa en el Sáhara Occidental y los del sur marroquí, sin hablar de otras riquezas, podríamos hacer de esta región el Ruhr del Magreb, donde podría concretarse la cooperación magrebí".

Por haberlo estudiado, sé lo que hay detrás de ese "otras riquezas" que Bumedián evitaba nombrar. Sencillamente, en el Sáhara hay petróleo, abundante y de buena calidad: lo he comprobado. Los ingresos por ese concepto se unirán a los producidos por el fosfato, el banco pesquero y otros minerales allí existentes. Digámoslo: en el Sáhara puede surgir un nuevo Kuwait en órbita española, y los responsables del Polisario han afirmado ya que colaborarán con Marruecos y con España una vez obtenida su independencia. Cualquiera que conozca a los saharauis (y miles de familias españolas viajaron ya a Tinduf para hacerlo), sabe que han demostrado una capacidad de gestión incomparable: han cultivado hasta el desierto... Del otro lado, la ocupación marroquí sólo trae corrupción, falsedad y ruina económica.

Miremos el mapa: esa gran curva al sureste del Sáhara Occidental, la única parte que no son líneas rectas, indica que la astucia diplomática francesa privó ya a España en el pasado de las minas de hierro de Zuerat, que el reparto de fronteras dejó en Mauritania. Un país de influencia francesa, donde aún trabajan técnicos franceses. Con el petróleo en la que una vez fue colonia española, ¿va a permitir España que pase lo mismo?

Sólo la invasión marroquí de un Sáhara que nunca fue suyo estropeó el proyecto de la Unión del Magreb Árabe, que aún espera funcionar. En ese esquema encaja mal esa creación argelina del Polisario, lo que es históricamente falso, además, como saben los militares españoles. Pero el suizo Jean Ziegler propuso en "Le Monde Diplomatique" de diciembre 1986: "Pourquoi pas un Maghreb à six?", la posibilidad de que la República Saharaui fuera uno más entre los países magrebíes que formasen conjuntamente la UMA. La posibilidad sigue abierta, y además es la única que puede sacar a Marruecos de su pésima situación económica. Los responsables saharauis afirmaron en varias ocasiones que colaborarán económicamente con el país invasor. Como buenos musulmanes, ese pueblo no guarda rencor, y ofrecen a Marruecos cooperación leal. En suma: respetar la legalidad vigente es el único camino para el buen negocio que será sacar a Marruecos de donde está.

Aunque sólo fuera por patriotismo, pregunto: ¿qué se hizo del 2 de mayo que aún conmemoramos, que nunca Madrid cayó tan bien al mundo como entonces? ¿Dónde está aquel sentido de independencia nacional que una vez nos hizo oponernos al ejército de Napoleón, el más poderoso del momento? La Francia napoleónica, de acuerdo con los políticos del momento, pensó entonces que podría barrer en dos días a los españoles, y anexionarse nuestro país. No fue así, y aún estudiamos en las escuelas la Guerra de la Independencia española: el pueblo español corrigió a sus políticos. De forma no lejana, Giscard d'Estaing pensó que el Marruecos respaldado por Francia barrería al Polisario, lo dijo textualmente el marroquí general Dlimi en El Aaiún, ante militares españoles. Hace 25 años de eso: Dlimi ya no está, los saharauis siguen resistiendo. ¿Qué hace España, que no los ayuda como hace su pueblo llano? ¿En qué piensan los políticos de nuestra democracia, si el pueblo español va por otro lado? ¿Qué es democracia, del griego démoskratéos, sino gobierno del pueblo?

Fernando GUIJARRO ARCAS

Fernando GUIJARRO es periodista, autor de La distancia de cuatro dedos / En la guerra del Sáhara con el Polisario, e investiga desde hace años los problemas del Sáhara Occidental.


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