CARTA ABIERTA
DIRIGIDA A LA OPINIÓN PÚBLICA
ESPAÑOLA Y A LOS PARTICIPANTES
EN LA CONFERENCIA “ELEMENTOS PARA UN AVANCE
EN EL CONFLICTO DEL SAHARA OCCIDENTAL”.
Madrid, 06 de julio de 2007
Bir Lehlu, 19 de
julio de 2007
Estimados señoras/es:
Como estaba previsto el Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales (CEPC) de Madrid acogió, el pasado viernes 06
de julio de 2007, una conferencia sobre el Sahara Occidental bajo el
lema de “elementos para un avance en el conflicto del Sahara
Occidental”. El citado certamen fue organizado por el proyecto
africaencanarias en colaboración con el Centro de Toledo para la
Paz.
Esta conferencia que fue a puerta cerrada, según sus
organizadores, contó con la participación de expertos
“independientes” con diferentes perspectivas y áreas de pericia,
buscaba un análisis global del conflicto del Sahara Occidental.
Uno de los objetivos primordiales de esta conferencia fue evitar que se
entrara a discutir los aspectos jurídicos e históricos de
este conflicto, que a juicio de los organizadores “se han discutido de
sobra”, como si eso les fuera a restar importancia o se pudiera
alcanzar una solución válida ignorando los mismos; sin
embargo intentaría “dar pasos hacia el futuro”. Esta segunda
edición de la conferencia internacional “Sahara Occidental:
Visiones para el Futuro” su propósito era convertirse en un
“serio laboratorio sobre esta cuestión”.
De acuerdo siempre con la información facilitada por los
organizadores no se cursaron invitaciones a las dos partes en conflicto
Marruecos y Frente POLISARIO. Pero la realidad era bien distinta,
ya que de acuerdo con la lista de participantes Marruecos estuvo
representando de forma oficiosa por Sr. Moustapha Naimi, uno de
los ideólogos del Consejo Consultivo Real para los Asuntos
Saharauis (CORCAS), por mucho que se pregone que asistió a
título personal, mientras que la otra parte del conflicto,
la parte saharaui, se le puso en la difícil tesitura de aceptar
su exclusión sin más o degradarse para que sea tratada en
pie de igualdad con un ente de carácter consultivo creado por
Marruecos, que no cuenta con ninguna legitimidad para representar
a los saharauis, que no representa oficialmente a la parte
marroquí, y de paso dar la triste imagen de un
pueblo dividido. Hubo observadores de las Embajadas interesadas,
así como del Ejecutivo español y del Gobierno
autónomo canario.
Es llamativo constatar, siempre de acuerdo con la
información facilitada por los organizadores, que las sesiones
de trabajo y las conclusiones de unos expertos “independientes” iban a
ser grabadas y entregadas al Enviado Personal del Secretario
General de Las Naciones Unidas para su posterior análisis y
estudio como una contribución para alcanzar “una solución
que satisfaga a todas las partes”.
Esta “iniciativa”, que no puede pasar desapercibida, pasa a
ser realmente alarmante máxime cuando se constata que a estos
expertos no se les requirió tener tan siquiera una
experiencia exhaustiva en lo que se refiere a este conflicto o haber
seguido de cerca cada uno de los aspectos del mismo, a lo largo de su
historia , para conformarse con que estos expertos tengan, entre otros
conocimientos, los relativos a la configuración social del Norte
de África o de elementos geopolíticos como
podrían ser la crisis de Oriente Medio.
Este certamen, que podría haber contribuido para ayudar a que
se alcance una solución definitiva, lo que está
consiguiendo en definitiva es el efecto contrario al enredar las cosas
más de lo que están, al tratar de promocionar la
propuesta marroquí entre los participantes, según se ha
podido saber, en detrimento de la propuesta saharaui. Estas dos
propuestas deberían, por una cuestión de decencia
política, tratarse como mínimo en pie de igualdad.
Recientemente este problema no se planteó con la mesa redonda
que tuvo lugar en Chatham House (Instituto Real de Asuntos
Internacionales), Londres, para hablar del tema que supuestamente fue
el objeto de esta conferencia de Madrid y al que asistieron los
representantes del Frente POLISARIO, del Ministerio de
Asuntos Exteriores británico, de la Embajada de
España en Londres, prestigiosos medios de comunicación y
académicos así como los embajadores de Marruecos, Argelia
y Mauritania. A todos los participantes se les permitió,
en pie de igualdad, hacer oír su voz y presentar sus alegaciones
en un debate cívico y de altura sin que nadie osara poner en
tela de juicio la credibilidad ni la imparcialidad de este prestigioso
gabinete de estrategia (think tank).
Tomando en consideración todos los hechos anteriormente
señalados, y que a nuestro juicio denotan una mala fe y una
voluntad solapada hacia la parte saharaui, quisiéramos
denunciar ante la opinión pública española a los
organizadores de esta conferencia e instar a los participantes en
la misma a que asuman sus responsabilidades tomando en
consideración las objeciones de los saharauis a esta conferencia
que, de forma somera se podrían resumir en las siguientes:
• No es de recibo que se hable de un tema de tanta
sensibilidad e implicaciones regionales e internacionales, en el que la
responsabilidad histórica ética y política del
Ejecutivo español es de sobra conocida, particularmente
después de las negociaciones de Manhasset, sin que las partes
directamente interesadas hayan sido invitadas. Esta situación
desemboca necesariamente en una reflexión, cual es la de
preguntarse ¿por qué las partes no estuvieron ahí?
El riesgo presentar una conferencia con panelistas pro y
contra-como si fuera un partido de fútbol-, no ayuda a su
credibilidad y, sobre todo, no ofrece un fundamento válido para
el hecho de enviar los resultados de esa conferencia al
Enviado Personal del Secretario General de la ONU.
• Una vez que las dos partes decidieron verse cara en
el marco de las Naciones Unidas, y que han decidido seguir
haciéndolo, no cabe en consecuencia ninguna consideración
para una conferencia no oficial que justifique su exclusión.
• La parte saharaui estaría dispuesta a
participar en cualquier espacio u oportunidad que pudiera presentarse y
que sea creíble, pero siempre en pie de igualdad con la otra
parte en conflicto, y sin olvidar claro está que se trata de un
problema de descolonización inconcluso que debe resolverse en el
marco de las Naciones Unidas y según las resoluciones de la
misma.
• El público y los mismos panelistas no
podrán sencillamente llenar el vacío de la ausencia de
las dos partes, por muy brillante o por muy comprometido que sea uno u
otro panelista.
• Sería una insensatez y una gran
irresponsabilidad sugerir a las Naciones Unidas cualquier formula que
no se ajuste al Derecho Internacional.
Esperamos ansiosamente que esta carta nos ayude, en lo sucesivo, a
todos a entrar en razón para contribuir a hallar una
solución justa y definitiva que se ajuste a la Legalidad
Internacional y que asegure al pueblo de la última colonia de
África su derecho inalienable a la autodeterminación y a
la independencia.
FRENTE POLISARIO
OPEN LETTER
ADDRESSED TO
THE SPANISH PUBLIC OPINION AND THE PARTICIPANTS
IN THE CONFERENCE
“ELEMENTS FOR A BREAKTHROUGH IN THE WESTERN SAHARA CONFLICT”
Madrid, 6 July 2007
Bir Lehlou, 19 July 2007
Dear Sirs/Madams:
As it was scheduled, the Centre for Political and Constitutional
Studies of Madrid (CEPC) hosted, on Friday 6 July 2007, a conference on
Western Sahara titled “Elements for a Breakthrough in the Western
Sahara Conflict.” The meeting was organised by the africaencanarias
project in collaboration with the International Centre of Toledo for
Peace.
According to the organisers, the closed-door conference, which gathered
“independent” experts with different perspectives and areas of
expertise, sought to deeply analyse the Western Sahara conflict. One of
the main objectives of this conference was to avoid discussing the
legal and historical aspects of this conflict which, in the organisers’
view, “have already been discussed full well”, as if this discussion
would play down their importance or as if a valid solution could be
reached by ignoring these same aspects. However, the conference tried
“to take steps toward the future.” This second international
conference, “Western Sahara: Visions for the Future,” sought to become
a “serious laboratory on this question”.
According to the organisers, the two parties to the conflict, Morocco
and the Frente POLISARIO, were not invited. Yet the reality was very
different, since the list of the participants showed that Morocco would
be represented in an unofficial way by Mr. Moustapha Naimi, one of the
ideologists of the Royal Consultative Council for the Saharan Affairs
(CORCAS), regardless of how much it was announced that he would be
there in his personal capacity, while the other party to the conflict,
the Saharawi side, was put in the difficult position of either
accepting its exclusion or degrading itself to be treated on
equal footing with an entity of an advisory character created by
Morocco, which has no legitimacy to represent the Saharawis nor does it
officially represent the Moroccan side, and incidentally cerate the sad
image of a divided people. There were observers of the interested
embassies as well as the Spanish government and Canary Island’s
autonomous government.
It is striking to note, always in accordance with the information
provided by the organisers, that the working sessions and the
conclusions of some “independent” experts would be recorded and given
to the Personal Envoy of the UN Secretary-General for a posteriori
analysis and study as a contribution to reach “a solution agreeable to
all parties.”
This “initiative”, which cannot go unnoticed, is very alarming not
least when one knows that the experts were not required to have
exhaustive experience regarding this conflict or to have been following
any of its aspects throughout its history, but, however, to know the
complexities and the key politics and social make-up of North Africa as
well as other geopolitical elements such as the Middle East crisis.
The conference could have contributed to the search for a definitive
solution. However, as it was revealed, it has eventually proved
counter-productive by complicating things further, whilst seeking to
promote the Moroccan autonomy to the detriment of the Saharawi
proposal.
Recently this problem was not raised when a round-table that took place
in Chatham House (Royal Institute for International Affairs), in
London, to discuss the same issue that supposedly was the subject of
the Madrid conference, and to which representatives of the Frente
POLISARIO, the Foreign Office and the Spanish Embassy in London,
well-known media and academics as well as the ambassadors of Morocco,
Algeria and Mauritania were all invited. All participants were equally
allowed to make their voices heard and to present their statements in a
civilised and purposive debate leaving no room for anybody to question
the credibility or the impartiality of this prestigious
think-tank.
Taking into consideration all the previously mentioned facts, which in
our view indicate bad faith and bias against the Saharawi side, we
would like to denounce the organisers of this conference before the
Spanish public opinion, and to urge the participants in the conference
to assume their responsibilities taking into account the Saharawi
objections to this conference which could be summarised as follows:
• It is unacceptable to discuss an issue of such
significance and regional and international implications, for which the
historical, ethical and political responsibility of the Spanish
government is well-known, particularly after the negotiations of
Manhasset, without the directly interested parties being invited. This
situation necessarily leads one to reflect on the reason. Why the
parties have not been invited? The risk that the conference will
include panellists with or against—as if it were a football match—does
not serve its credibility and, above all, does not provide a valid
basis for bringing the conclusions of this conference to the attention
of the UN Secretary-General’s Personal Envoy.
• Considering that the two parties decided to meet
face-to-face in the framework of the United Nations, and that they have
decided to continue doing so, it is consequently out of place to
consider organising a non-official conference that justifies their
exclusion.
• The Saharawi side would be willing to participate
in any space or opportunity that it could be afforded and that it is
credible, but always on equal footing with the other party to the
conflict, and without forgetting that the problem in question is a
decolonisation issue that should be resolved in the framework of the
United Nations and in accordance with its resolutions.
• The public and the panellists simply cannot make up
for the absence of the two parties, however brilliant or committed that
one or more of them could be.
• It would be a folly and a great irresponsibility to
recommend to the United Nations any formula that would not be
compatible with the international law.
We hope eagerly that this letter would help us all to listen to reason
in order to contribute to a definitive, just and lasting solution that
is compatible with the international law and provides for the
inalienable right of the people of the last colony in Africa to
self-determination and independence.
POLISARIO FRONT
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