MOHAMED SALEM uld SALEK

Ministro de Asuntos Exteriores de la REPÚBLICA ÁRABE SAHARAUI  

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Declaración [traducción de F. Guijarro]

Señora y señores:

Tras una semana de debates acerca de la cuestión del Sáhara Occidental, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha adoptado por unanimidad la resolución 1429 el martes último, día 30 de julio de 2002.

Como se recordará, el Secretario General de las Naciones Unidas presentó en su informe del mes de febrero últimno cuatro opciones de solución, y pidió al Consejo de Seguridad que escogiese una de ellas, para poner fin al conflicto que opone al pueblo saharaui y al reino de Marruecos.

Se trataba de:

  1. El plan de paz de la ONU y de la OUA.
  2. El proyecto de «acuerdo marco» conocido por la denominación de « tercera vía » o proyecto de « autonomía » en el marco de la soberanía marroquí.
  3. La partición del Sáhara Occidental .
  4. La retirada de la MINURSO.

Recordarán sin duda, señoras y señores, que el Consejo de Seguridad retrasó al mes de abril sus debates para escoger una de las cuatro opciones antes citadas.

En el mes de abril, al terminar el mandato de la MINURSO, el Consejo de Seguridad renovó su rechazo del „proyecto de acuerdo marco‰presentado por Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, que además fue rechazado por la parte saharaui.

Ante esta situación, el Consejo de Seguridad optó por una resolución técnica que prorrogaba el mandato de la MINURSO hasta el 31 de julio último.

En efecto, el Consejo ha reanudado sus consultas y debates desde hace una semana para encontrar una solución pacífica y definitiva al conflicto del Sáhara Occidental.

Al terminar estas consultas y debates, el Consejo de Seguridad ha llegado a un consenso sobre dos puntos esenciales:

  1. La solución pacífica y definitva debe pasar necesariamente por la aplicación del derechos a la autodeterminación.
  2. La validez del plan de paz de la ONU y de la OUA sobre el Sáhara Occidental, que fue firmada por las dos partes en conflicto, el F. Polisario y el Reino de Marruecos, adoptado por el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Por el contrario, la proposición marroquí, presentada por el Sr. James Baker hace un año bajo la apelación de proyecto marco conocido por el nombre de « tercera vía » de « autonomía », no ha obtenido el apoyo más que del delegado francés. Los Estados Unidos y la Gran Bretaña han tenido una actitud constructiva que ha contribuido al desenlace del consenso en el seno del Consejo de Seguridad.

La mayoría del Consejo de Seguridad ha expresado su rechazo de la proposición marroquí por el hecho de que está en contradicción con los principios y objetivos de la carta de las Naciones Unidas y la política de la organización mundial en materia de descolonización.

ENSEÑANZAS Y CONCLUSIONES DE LA RESOLUCIÓN 1429
  1. Insistencia del Consejo de Seguridad sobre la naturaleza del conflicto Marruecos-Sáhara en cuanto problema de descolonización.
  2. Respaldo del Consejo a los principios del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, y su decisión que establece que toda solución pacítica y definitiva debe necesariamente respetar este principio, así como debe concretarse a través del ejercicio del mismo en libertad, democracia y transparencia.
  3. Por su respaldo a la legalidad internacional, el Consejo de Seguridad rechaza el proyecto de « acuerdo marco » que pretende legitimar la ocupación.
¿POR QUÉ EL ACUERDO MARCO?

Conviene recordar que tras numerosos años de negociación entre las dos partes en conflicto: el F. Polisario y el Reino de Marruecos, los esfuerzos conjuntos de la ONU y la OUA fueron coronados en 1991 por la firma de un plan de paz, que abría felices horizontes para la región del noroeste africano. Este proceso definió los mecanismos para organizar un referéndum de autodeterminación que ofrecía al pueblo saharaui la elección entre la independencia o la integración en el reino de Marruecos.

Diez años después, en enero del 2000, la comisión de identificación de la MINURSO publicó las listas de votantes, y ello a pesar de los obstáculos erigidos por la parte marroquí. Estos obstáculos fueron superados gracias a los acuerdos de Houston en 1997 y al protocolo relativo a los recursos de mayo 1999.

Al fracasar en sus tentativas de falsificar las listas electorales, Marruecos se desentendió del referéndum de autodeterminación, persuadido de que lo perdería, y con el apoyo de Francia tramó una estrategia para renegar de los compromisos que había contraído en el marco del plan de paz.

Según eso, Marruecos propagó desde hace dos años la necesidad de una « tercera vía ». Su trayectoria estaba sostenida por ciertos medios hostiles a la estabilidad de los pueblos del Magreb Árabe y al progreso de sus países.

Señoras y señores: el Consejo de Seguridad ha sido arrastrado durante un tiempo a una batalla perdida, que pretendía despojar a un pueblo de su derecho a la autodeterminación y a la independencia por medio de métodos colonialistas contrarios a la historia y a la lógica de esta época.

Algunas semanas después de la presentación del proyecto de « acuerdo marco », la dimensión económica de éste ha aparecido a la luz del día a través de la firma por el ocupante marroquí de un acuerdo con sociedades petroleras extranjeras para saquear las riquezas del pueblo saharaui y la división de éste.

Recordarán ustedes que el consejero jurídico de Naciones Unidas, en respuesta al Consejo de Seguridad, afirmó que Marruecos no dispone de ningún título jurídico sobre el Sáhara Occidental, y que estas sociedades que firmaron acuerdos con él no deben explotar las riquezas de este territorio sometido a un proceso de descolonización.

EL SÁHARA OCCIDENTAL, COMO ANESTESIA EN LA CRISIS ESTRUCTURAL DE MARRUECOS

El régimen alauita ha utilizado desde 1975 el problema del Sáhara Occidental para desviar la opinión pública del pueblo marroquí de la crisis de un régimen totalitario, en el que los métodos del majzen evocan la época medieval, cuando la persona humana no tenía derecho de ciudadanía y el pueblo no era soberano. El régimen marroquí ha encontrado en la agresión contra el pueblo saharaui una razón suplementaria para distraer al suyo, y reprimir todas las reivindicaciones políticas y sociales bajo el slogan de la « unidad » ante los „enemigos‰ de éste. Esta guerra así impuesta a los dos pueblos, el saharaui y el marroquí, está concebida como una alternativa para enmascarar el fracaso al instaurar un sistema que restablezca al pueblo marroquí en su soberanía sobre el país y sus riquezas, saqueadas por el Palacio y la Corte, por medio de instituciones ficticias, que no disponen de ninguna legitimdad y que ligaron sus intereses a la continuación de una guerra absurda contra los pueblos saharaui y marroquí.

A semejanza de Sudáfrica en tiempos del apartheid, Marruecos, por su aislamiento, es el único país a nivel africano que no pertenece a la Unión Africana, cuyo nacimiento acabamos de celebrar hace tres semanas.

Por su obstinación en este camino, Marruecos está hoy en conflicto con todos sus vecinos inmediatos, tanto al norte como al sur o al este.

Consideramos que ha llegado el momento de poner fin a la estrategia de confrontación como estilo permanente de política. Es hora también de abandonar la política de los hechos consumados y el empleo de la fuerza y la agresión.

El interés de todos en la región exige que se prosiga una política y una visión basadas necesariamente en el respeto delas cartas y convenciones internacionales, de las fronteras heredadas cuando la independencia y de los principios universales. Esto no es concebible más que mediante la negociación y el diálogo como medios viables y civilizados.

Señoras y señores:

Queremos expresar la satisfacción del pueblo saharaui con ocasión de haberse adoptado la resolución 1429 del Consejo de Seguridad, que reafirma el respaldo de éste al plan de paz de la ONU y la OUA sobre el Sáhara Occidental y al derecho a la autodeterminación, y esto conforme a la naturaleza misma del problema saharaui en cuanto problema de descolonización.

Agradecemos vivamente también a los miembros del Consejo de Seguridad el haberse acogido a la legalidad internacional y a la justicia.

A este nivel, no podemos sino expresar nuestro reconocimiento y gratitud por el firme apoyo que no ha cesado de manifestar Argelia hacia nuestro pueblo y por su respaldo al derecho de autodeterminación, por el cual se ha batido en todos los rincones del mundo donde estuvo, y que sigue siendo un apoyo real para todas las causas de liberación, ya que en sí misma mantuvo una de las más largas y prestigiosas guerras de liberación que conoció el siglo veinte.

Igualmente expresamos la disponibilidad de la parte saharaui para cooperar plenamente con el Secretario General de las Naciones Unidas y con su Enviado Personal para la aplicación rápida y firme de la resolución 1429 con el fin de terminar el proceso de descolonización en el Sáhara Occidental, sobre la base de concretar el derecho a la autodeterminación, que por otra parte fue objeto del acuerdo entre ambas partes.

A este respecto, recordamos que el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia es imprescriptible e inalienable.

Nuestro pueblo está decidido más que nunca a proseguir su lucha durante el tiempo necesario hasta recobrar sus derechos a la libertad y a la soberanía.

Consideramos que el reconocimiento y la recuperción por el pueblo saharaui de la plenitud de sus derechos es la única posibilidad para toda paz, seguridad y estabilidad posibles en la región.

Sólo a este precio puede existir la estabilidad necesaria para concretar todo proyecto económico y social y la cooperación fructífera entre los pueblos del Magreb Árabe.

Dado que la cooperación y el desarrollo están fundados necesariamente sobre la paz, la seguridad y la democracia, exhortamos al Gobierno francés a que desempeñe un papel positivo para la llegada de la paz en el Sáhara Occidental , sobre la base del respeto del derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación y a la independencia, conforme a la legalidad internacional, y a contribuir a crear un clima de entendimiento y de buena vecindad entre los pueblos de la parte oeste de la cuenca mediterránea y del noroeste africano.

La República Árabe Saharaui Democrática está dispuesta más que nunca a participar activamente en la llegada de una paz basada en el respeto a los principios fundamentales del derecho y la legalidad internacionales. Está dispuesta a asumir sus responsabilidades tanto a nivel regional como internacional, y a contribuir con todos sus vecinos y socios a construir relaciones sólidas basadas en la igualdad de todos los pueblos a vivir en paz en el interior de sus fronteras internacionalmente reconocidas.

Argel, 3 agosto 2002

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