SÁHARA OCCIDENTAL LIBRE

Emhamed Jadad
[Original: Free Western Sahara, Wall Street Journal Europe, 17.04.08]
Traducción: M. Limam Mohamed Ali

En los próximos días, las Naciones Unidas tiene previsto debatir el destino de la última colonia de África. Desde que fuera invadida por las tropas marroquíes en 1975, el Sáhara Occidental y su población autóctona conocida como los saharauis han estado luchando contra las torpes respuestas de la comunidad internacional y las agresivas políticas de la monarquía marroquí. El Sáhara Occidental debe ser sacado de los márgenes y salir a la luz.

Lo que se va a debatir será la prórroga del mandato de la Misión de las Naciones Unidas para la organización del Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO). Este mandato fue alcanzado en 1991, como parte del cese al fuego entre el Gobierno marroquí y el movimiento independentista del Sáhara Occidental, POLISARIO.

El mandato se basa en la supervisión de un periodo de transición pacífica que llevaría a un referéndum sobre el estatuto del Sáhara Occidental, lo cual permitiría a los votantes considerar las opciones alternativas de una autonomía bajo jurisdicción marroquí o la independencia total. Este referéndum es la base del propósito de las Naciones Unidas para permitir una autodeterminación verdadera para el pueblo saharaui.

Durante los 17 años de la MINURSO, ha habido numerosos debates para desviar la atención, como las controversias sobre el censo de votantes, los cuales han servido para succionarle el aire al asunto.

El fundamento crítico a estas atroces dilaciones se halla en la deferencia dada a Marruecos, que ha servido para afianzar su ilegal ocupación al Sáhara Occidental. El estado monárquico ha logrado adular a los EE.UU para quedar como su mejor aliado islámico en la “Guerra contra el Terrorismo”, y se le ha dado un amplio espacio para que haga su propia guerra de aniquilación contra el pueblo saharaui.

También Francia le ha proporcionado a Marruecos una estima más aparente que real, ya que en su busca de conservar algunos jirones de su imperio colonial del Magreb apoya decididamente a Rabat.

Con semejante contubernios tan poderosos, Marruecos ha obrado para asegurar que el asunto del Sáhara Occidental no llegue a ser más que un tema de debate. Por su parte, las Naciones Unidas han permitido a Marruecos a que incumpla en serie sus compromisos, a que dé la espalda a un compromiso tras otro, y a despreciar a las Naciones Unidas y a sus esfuerzos.
El hecho es que, si Marruecos lograra imponer la autonomía al pueblo saharaui sin un referéndum, sería en infracción directa no solo del propio modelo de descolonización de las Naciones Unidas- como se encarnó en Timor Oriental en 1991 por ejemplo- sino también al Derecho Internacional más elemental.

Lo esencial del asunto del Sáhara Occidental es que jamás ha sido reconocido como parte de Marruecos por ningún país u organismo internacional. Es una posición ratificada por un dictamen del Tribunal Internacional de Justicia, que llegó a la conclusión de que Marruecos no tiene ningún derecho legítimo sobre el Sáhara Occidental.

Por contraste, el Gobierno autóctono del Sáhara Occidental, la República Árabe Sáharaui Democrática, está reconocida por 80 países y es miembro de la Unión Africana.
Luego el “ofrecimiento” de un plan autonómico a una región ocupada ilegalmente, que cuenta con sus propias infraestructuras políticas, sociales y económicas que funcionan de forma independiente del ocupante, está desprovisto de toda lógica y socava el fundamento mismo de la MINURSO y de las Naciones Unidas en sí.

Una propuesta democrática había sido presentada, y contó con el respaldo de las Naciones Unidas en su plan de paz de 1991, y fue aceptada por ambos Marruecos y el POLISARIO. Ese plan prevé, como fase final del proceso,  un verdadero referéndum de autodeterminación.

Todo lo que ahora se necesita es que las Naciones Unidas a través de la MINURSO garanticen que Marruecos cumpla con sus anteriores compromisos. Cualquier otra salida sería una victoria para la conveniencia política y no una solución sostenible en nombre del buen gobierno y de la democracia.

La Misión debe por consiguiente prorrogarse pero con los medios para vencer las interesadas agendas de la monarquía marroquí y sus poderosos amigos. Debe concedérsele competencias para hacer que se respeten los derechos humanos. Debe incluir un plazo en firme para la organización de un referéndum justo e imparcial que dé una oportunidad a los saharauis para decidir sobre su futuro de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas.

El Sáhara Occidental ha sufrido al margen de la conciencia global durante tres décadas. Sin duda ha llegado el momento de llevar a la MINURSO más adelante y reconocer las necesidades del Sáhara Occidental.

Sr. Jadad es un líder del POLISARIO, movimiento independentista del Sáhara Occidental, y su Coordinador con las Naciones Unidas.

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