Salvemos Freedonia
Cuando se trata del Sahara Occidental, la política de los EE.UU.
para África es tan mala que podría pensarse que se
está tratando de un país imaginario sacado de una
película de Groucho Marx.
The Guardian (RU)
Ian Williams
1º de mayo 2007.
No hay muchas personas que hayan oído hablar del conflicto del
Sahara Occidental y la mayoría de los congresistas no
sabrían diferenciarlo de Freedonia
[país imaginario que catapultó a los hermanos Marx al
estrellato] -hasta que los cabilderos comenzaron a llamarles la
atención sobre el mismo.
Ayer, el Consejo de Seguridad defendió el esfuerzo
franco-americano de reescribir el Derecho Internacional a favor de
Marruecos y en contra del pueblo del Sahara Occidental. Marruecos ha
ofrecido una dudosa "autonomía" al Sahara Occidental, pero
está rechazando la celebración de un
referéndum en el territorio que el Tribunal Internacional
y el Consejo de Seguridad han exigido -y el cual había sido
aceptado por Marruecos, hasta que se esclareció que lo
perdería.
La resolución adoptada no refrenda el plan marroquí, pero
si exige negociaciones entre Marruecos y el Polisario, “con vistas a
lograr una solución política mutuamente aceptable, justa
y duradera que aseguraría la autodeterminación del pueblo
del Sahara Occidental”. El plan marroquí excluye sin rodeos la
autodeterminación.
La nueva política promarroquí de los EE.UU. fue anunciada
la semana pasada cuando al menos 168 congresistas firmaron una carta
exigiendo a la Casa Blanca que apoye a Marruecos -sin importarles el
Derecho Internacional o su propia política anterior.
Podemos suponer sin temor a equivocarnos que al menos 160 de ellos
jamás habían oído hablar del Sahara Occidental
hasta hace un mes. Cuando los distinguidos congresistas se apresuran a
firmar una carta sobre política exterior sin razones aparentes,
puede estar seguro de que hay un grupo de presión trabajando.
No es que los grupos de presión tengan que trabajar demasiado.
En los asuntos de política exterior los congresistas pueden ser
como los muros de un urinario -puede escribirse cualquier cosa sobre
los mismos. En 1992, un reportero de la revista Spy llamó a dos
grupos de nuevos congresistas republicanos afines a la
revolución de New Gingrich [el congresista republicano] y les
preguntó que iban a hacer con respecto a la situación en
Freedonia. Como los neoconservadores no habían asumido el
poder entonces, ninguno de ellos sugirió el cambio de
régimen o deshacerse de Groucho. En cambio, parlotearon [para
persuadir y haciendo gala] con maneras propias de un estadista sobre
los esfuerzos que tomarían para garantizar la estabilidad
allí.
Así que, en esta ocasión, ¿quién
podría sentirse sorprendido al descubrir que los
miembros del grupo de presión responsables de esos triunfos
diplomáticos, la guerra en Irak, la guerra contra el terrorismo,
el embargo contra Cuba y el apoyo carente de sentido crítico de
los EE.UU., sean quienes sean los incómodos dirigentes del
Knesset [Parlamento israelí], fueran también los que
recogieron las 168 firmas?
Marruecos se ha gastado alrededor de 30 millones de dólares en
sus esfuerzos de cabildeo y a través de su sustituto, el
“Moroccan American Policy Center” [Centro de Política Americano
Marroquí], que ha estado haciendo cosquillas en el punto
más vulnerable del Congreso norteamericano.
Toby Muffett, antiguo diputado por Connecticut que había sido
elegido entre la lista de candidatos al Congreso para adecentar [la
vida política], describió recientemente, de una manera
que llama la atención, una semana en la vida de un miembro de
los grupos de presión en Los Angeles Times:
Salgo y con prisas hacia la Cámara de Representantes al lado
del Capitolio para encontrar a otro cliente, el Embajador
marroquí. Tenemos una reunión con un miembro clave del
Comité de gastos. Marruecos tiene una buena historia que contar.
Es un amigo de fiar de los EE.UU. Cree que ese conflicto existente
desde hace mucho tiempo con Argelia y el grupo rebelde del Polisario
sobre el Sahara Occidental debe ser resuelto.
Le decimos a la congresista y a su plantilla que la región se
está convirtiendo en una posible zona de entrenamiento del Al
Qaida… Mi idea es vender esto como una oportunidad para los
Demócratas para resolver un conflicto en una región
fundamental, en contraste con el fracaso total del Presidente [Bush] de
alcanzar cualquier arreglo.
Y por el lado republicano, Elliot Abrams “El Consejero Adjunto de
la Seguridad Nacional para la estrategia de la democracia global”, un
duro pro-israelí y uno de los artífices neoconservadores
de la guerra de Irak, ha estado también empujando el plan
marroquí, dando muestras de la misma indiferencia hacia los
detalles técnicos de la legalidad que hizo cuando fue
condenado por el escándalo Irán/Contra.
En Washington, la Embajada marroquí contrató a Edelman
por 35.000 dólares mensuales como su cabildero, que por supuesto
no tiene nada que ver con la “oportuna carta” del Comité
Judío Americano, cada vez más conservador y beligerante,
el cual intervino con una carta de apoyo al Rey [Mohamed VI],
quién combina la Presidencia del Comité de
Jerusalén de la Organización de la Conferencia
Islámica con ser uno de los mejores amigos de Israel en el Mundo
Árabe.
Para los partidarios de Marruecos, el amigo de un enemigo es un odiado
enemigo. El Polisario tiene el dudoso beneficio del apoyo de Castro y
esto ultimo es suficiente [para persuadir mediante el despilfarro de]
(más de 15.000 dólares mensuales como anticipo sobre los
honorarios), en la organización de los mítines de la
delegación [marroquí] en Florida, la cual ha podido
constatar también que El Jefe [líder de los
anticastristas] siente una inclinación por los palestinos,
con resultados similares sobre la tendencia de la votación.
Los 168 firmantes son en su mayoría un grupo de gente conformado
por anticastristas, miembros del Congreso pro israelí, y
su número se incrementó indudablemente cuando el MAPC
[Centro de Política Americano Marroquí] contrató a
la empresa law-and-lobbying de Alberto Cárdenas, un veterano
cubanoamericano anticastrista que sirvió durante dos mandatos
como líder del Partido Republicano en Florida y como
copresidente de los esfuerzos de Bush 2004 en The Sunshine State [ El
Estado Soleado, en referencia al Estado de Florida].
Eso solo pondría de relieve su preocupación por la
democracia en el norte de África. Pero solo en caso de que
tuviera dudas persistentes, Freedom House y organismos similares dan a
la ocupación de Marruecos al Sahara Occidental y a Zimbabwe la
misma puntuación en Derechos Humanos; sólo les supera,
los que arrancan las uñas, Tibet, Cuba, Corea del Norte, y
Sudán.
Si dudara, alegue el terrorismo. La mayoría de las cartas de los
hombres y mujeres del Rey Mohamed VI alegan que las zonas en manos del
Polisario como centros potenciales del estilo terrorista de Al Qaida.
Por extraño que parezca, en el mundo real el mayor partidario
del Polisario es Argelia, que está combatiendo el extremismo
islamista con un vigor considerable -este hecho que es tan obvio pasa
desapercibido para la mente poco lúcida de algunos
observadores-, mientras el Polisario mismo fue, hasta hace poco, como
una conjura comunista para los políticos norteamericanos, lo que
explica el porqué de su apoyo tácito a la
ocupación marroquí todos estos años.
Pero afortunadamente, no todo es una Duck Soup [Sopa de Pato, la
película de los hermanos Marx] en la Colina del Capitolio.
Incluso aunque haya una mayoría que por tontear por el confort
se les ha visto el plumero. La mayoría de los miembros del
subcomité de África en la Cámara de Representantes
estuvieron entre los más de 50 firmantes de la carta contraria
que exige el apoyo de los EE.UU. a la autodeterminación de los
saharauis. Pero, si no fuera por el dinero marroquí que hay por
medio, pocos se habrían enterado de este asunto.
¡De esta manera es imposible gobernar el mundo!
[traduccion por Limam Mohamed Ali, del original Save Freedonia, Ian Williams, The Guardian (UK), May 1, 2007]
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