Entrevista de James Baker III
Traducción al español de la totalidad de la entrevista emitida por la televisión estadounidense PBS el pasado 19 de agosto con el anterior enviado personal de secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, James Baker. La conversación con la periodista de origen pakistaní Misal Husain tiene lugar tras el visionado del documental Sáhara- Maratón, de los realizadores vascos Aitor Arregui y Jon Garaño en el programa de la PBS "Gran Angular".
Mishal Husain: Bienvenido a Gran Angular.
James Baker: Gracias.
P: El Sáhara Occidental es una parte del mundo que muy pocos norteamericanos conocen. Usted ha estado allí. ¿Qué impresiones tiene de aquel territorio y su gente?
R: Bueno, he estado tanto en el Sáhara Occidental propiamente dicho como en los campamentos. Por su puesto, la mayor parte es desértica, es el Sáhara. Ahora tenemos un programa de visitas familiares, que forma parte del conjunto de medidas de confianza, que se está llevando a cabo con ayuda de las organizaciones humanitarias de las Naciones Unidas y otras agencias de la ONU.
P: Pero ¿qué tiene este conflicto que le hiciera querer implicarse en él?
R: Bueno, cuando Kofi Annan me habló en 1997 de la posibilidad de ayudarle con el Sáhara Occidental le dije, Kofi, no es algo que ocupaba un lugar primordial en la agenda cuando yo era secretario de Estado. De hecho, no creo que el asunto alcanzase nunca el séptimo piso durante los cuatro años que fui secretario de Estado, pero si has tenido el privilegio, como yo lo tuve, de ser el secretario de Estado de los Estados Unidos y cuentas con la experiencia en resolución de conflictos que yo obtuve, me parece que tienes la obligación de utilizarla para ayudar a la gente si puedes.
P: Y terminó usted dedicándole al conflicto siete años.
R: Terminé siendo el Enviado Personal del secretario general de Naciones Unidas durante siete años. En ese tiempo convoqué 14 reuniones formales de las partes en tres continentes y varios encuentros informales de una parte con otra. Pusimos un montón de planes sobre la mesa. Tres o cuatro propuestas diferentes incluían el Plan de Arreglo, que había sido acordado por las dos partes en 1991, cuando Javier Pérez de Cuéllar era secretario general de la ONU.
P: En la película que hemos visto sobre el pueblo saharaui, vemos a Abdullah, por ejemplo, añorando volver a su antiguo hogar. ¿Percibió la situación apremiante del pueblo saharaui de un modo fuerte? ¿Cree posiblemente sufrieron una injusticia o que tienen derecho a la autodeterminación?
R: Bueno, si quieres ser un mediador imparcial, no partidario, no abordas estos asuntos con ideas preconcebidas. Pero es cierto que el pueblo saharaui tiene un modo de vida muy malo en esos campos de refugiados, sobreviviendo gracias a las donaciones de organizaciones privadas de voluntarios. Y, por supuesto, lo que tratamos de hacer fue encontrar una solución política que verificara la autodeterminación tal como exigen las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y dar a esta gente al menos la posibilidad de ejercerla. Cuando comencé mi trabajo creí que el conflicto estaba maduro para algún tipo de solución basada en la autonomía por la que los marroquíes dieran autogobierno a los saharauis, la disputa se resolviese, la gente de los campamentos volviera al territorio por su cuenta, y les fuera concedida un generoso autogobierno. Trabajé muy duro en ello durante siete años. Pero nunca lo conseguimos.
P: ¿Por qué fue tan difícil llevar a cabo el referéndum? Seguramente era el modo más transparente de solucionar el problema. Y había sido prometido hace trece años.
R: Bien, hay que ir hasta 1991, bajo el mandato de Pérez de Cuellar como secretario general de la ONU. El puso sobre la mesa el Plan de Arreglo, en el que tanto el Frente Polisario como Marruecos estaban de acuerdo, que establecía un referéndum basado en el censo español de 1975 ó 1976 [James Baker se equivoca en las fechas, pues el único censo español es de 1974]. Cuanto más cerca estábamos de poner en práctica el Plan de Arreglo -y estuvimos bastante cerca, de hecho teníamos un código de conducta para la consulta acordado aquí, en Houston, en el Instituto Baker, teníamos los acuerdos de Houston...- cuanto más cerca estábamos, los marroquíes se ponían más nerviosos ante la posibilidad de no ganar el referéndum.
P: Les culpa del hecho de que recientemente su plan haya fracasado y usted no siga adelante...
R: Bueno, espere un momento -está usted saltando muy adelante en el tiempo. Le estaba hablando del plan antiguo, el de 1991. Ahora le hablaré de mi plan, que aún está sobre la mesa, el Plan de Paz para la autodeterminación del Pueblo del Sáhara Occidental. Ese plan modificó el Plan de Arreglo, con el que Marruecos había decidido que no iba a continuar más tiempo y que nunca iba a desarrollar. Se amplió el electorado de modo que todo el mundo en el Sáhara Occidental tuviera derecho a votar sobre el asunto de la autodeterminación, y no solamente los identificados en el censo español de 1975 o 1976. Pero incluso con esa disposición en el plan -que, por cierto, fue unánimemente aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU en la resolución 1495- los marroquíes llegaron a la conclusión de que no serían siquiera capaces de correr el riesgo de un referéndum en esas condiciones. Por supuesto, eso hizo imposible alcanzar una solución que ambas partes pudieran aceptar. El Consejo de Seguridad no ha querido nunca imponer una solución, lo que supondría llevar la cuestión al Capítulo 7 de la Carta de la ONU desde el Capítulo 6, que exige el acuerdo de ambas partes.
P: ¿Fue por eso por lo que decidió que era el momento de dimitir? ¿Sintió que ya no podía hacer más?
R. Creo que hice todo lo que pude en el mundo durante siete años, y por eso pensé que podía dejar que alguna otra persona lo intentara. Trabajé durante siete años voluntariamente y no aceptaría ninguna indemnización por ello. De hecho, ni siquiera he pedido que se me reembolsen todos los gastos. Así que he hecho mucho -antes del Plan de Paz para la Autodeterminación, tuvimos el Acuerdo Marco. Hicimos varios intentos en estos siete años.
P: Algunos saharauis pueden pensar que usted los ha abandonado, porque la verdad es que sus problemas continúan y probablemente la mejor oportunidad para resolverlos fue el tratamiento que usted les dio.
R. Puede ser, pero no creo que sea eso lo que vaya a encontrar si habla con algunos de ellos. Creo que le harían ver que he estado ocupándome del asunto mucho más tiempo del que ellos inicialmente esperaban que estuviera. Ciertamente sé que lo hice lo mejor que pude y que intenté todo lo que se podía intentar.
P: Qué importancia tiene en la controversia el problema del petróleo. Tenemos ya los primeros indicios de varias empresas petroleras de que probablemente hay reservas de petróleo que se pueden explotar comercialmente junto a la costa. ¿Cree que eso hace más dificil de resolver el conflicto porque las apuestas son más altas?
R. No estoy seguro de que lo haga más difícil. El conflicto se inició en 1975. Y creo que va a continuar con independencia del descubrimiento de sustancias minerales. De hecho, si hay algún indicio de producción económicamente viable eso incluso podría hacer más fácil el análisis final para encontrar una solución política mutuamente aceptable. El verdadero problema es que ningún país del Consejo de Seguridad está dispuesto a implicarse políticamente en el Sáhara Occidental. Eso es lo que lo hace difícil, porque el perfil del asunto es muy bajo, y ninguno quiere correr riesgos de ganarse la enemistad, bien de Marruecos, o bien de Argelia, adoptando una posición firme. Y no están dispuestos a pedir a una o a ambas partes que hagan algo que no quieren hacer.
P: Pero, respecto a la cuestión del petróleo, Marruecos es un gran importador, además de una parte en el conflicto. Si la región tiene incluso más valor del que tenía antes, ¿No hace eso que Marruecos esté probablemente aún más decidido a mantener su presencia allí y aleja la posibilidad de una solución?
R: Eso es difícil de creer, porque Marruecos está ya absolutamente decidido a quedarse allí. Es una cuestión respecto a la que dentro de Marruecos no hay discrepancias. Todo el mundo, todos los partidos políticos, sean de la opinión que sean, te dirán que el Sáhara es marroquí. Y punto. Es así.
P: ¿Le proporcionó el tema del petróleo un especial interés al conocer usted bien esa industria? Usted ha estado vinculado a esa industria...
R: No, eso es ridículo.
P: ¿Fue eso lo que hizo que se interesara?
R: Eso es totalmente ridículo. Yo recibí una solicitud del secretario general. Ya le he dicho por qué me impliqué. Lo hice porque si has tenido la suerte de haber sido el secretario de Estado de Estados Unidos y contar con la experiencia en resolución de conflictos que yo tengo, y tal vez puedes hacer algún bien por la gente de las dos partes en conflicto, debes hacerlo.
P: ¿Y el interés de Estados Unidos en la región? En este momento tenemos problemas en Oriente Medio. ¿No es acaso el dossier del petróleo en el oeste de Africa una razón para que Estados Unidos tenga más interés por el Sáhara Occidental?
R: No lo creo. Supongo que usted sabe que el Frente Polisario ha firmado contratos con compañías australianas. Y que Marruecos lo ha hecho con otras compañías, algunas en Europa y otras en Estados Unidos. El perfil de estos asuntos se podría realzar si hubiera algún hallazgos. Hasta ahora no los ha habido, por lo que yo conozco. Y no creo que vaya a haber hallazgos importantes.
P: Hace un momento usted habló de interesar al Consejo de Seguridad. ¿Cree que el hecho de que haya sospechas de actividad terrorista en el sur del desierto del Sáhara en la era de la guerra contra el terrorismo puede cambiar eso? Quizá podría haber un planteamiento de que se trata de una región que debe observarse de cerca, que no sabemos que es lo que puede ocurrir ahí...
R: Es posible. Diría que incluso muy posible. Hay cierta preocupación, como usted dice, acerca del terrorismo en el Sur del Sáhara, pero la verdad sobre esa cuestión es que, tanto Argelia como Marruecos, que son los actores principales allí, están cooperando, particularmente con Estados Unidos, en la guerra contra el terror. Por eso es un asunto complicado para los Estados Unidos, quizá más que para otros países, porque Estados Unidos quiere seguir manteniendo estrechas relaciones tanto con Marruecos como con Argelia.
P: Podría la actividad terrorista al sur del Sáhara desbordarse e introducirse en el Sáhara Occidental? Porque el Ejército norteamericano se refirió en abril de este año a extremistas musulmanes que se desplazaban por estos grandes espacios abiertos y decía que eran tan escurridizos como si se movieran en mar abierto.R: Es concebible. Creo que hay alguna actividad en el norte de Mauritania. Y en el Africa subsahariana. Por tanto, supongo que es posible. Hay grandes espacios vacíos abiertos en un medio ambiente muy duro.
P: ¿Le sería entonces a la gente muy fácil esconderse también?
R: Es bastante difícil esconderse en un desierto, pero...
P: ¿Puede de todos modos Estados Unidos permitirse no intervenir en conflictos como éste? El del Sáhara Occidental ha durado casi 30 años. Quiero decir que Afganistán fue ignorado durante mucho tiempo, y luego se convirtió en algo que los Estados Unidos...
R: Bueno, Afganistán no fue realmente ignorado. Respaldamos a los mujaidines contra la ocupación soviética. No lo ignoramos.
P: ¿Y en el periodo posterior a eso y anterior al 11-S?
R: En el periodo del crecimiento de los talibanes sí, quizás sí. Pero en realidad esta es una disputa de baja intensidad, de bajo nivel. Mire, no hay una situación que requiera una intervención en el conflicto del Sáhara Occidental. Marruecos ganó la guerra y ocupa el Sáhara. ¿Por qué iba a acordar nada? Y está muy poco dispuesto a ello. Sin embargo, hay una razón por la que debería hacerlo. Jamás recibirá el "imprimátur" de la legitimidad internacional para su ocupación del territorio, a menos que alcance un acuerdo que esté bendecido por la comunidad internacional, bendecido por el Consejo de Seguridad, o que sea aceptable para la otra parte. Por es por lo que trabajamos con denuedo sobre la idea de un acuerdo de autonomía inicial con autogobierno, y al final un referéndum, con el fin de satisfacer a las exigencias de autodeterminación del Consejo de seguridad.
P: Pienso que una de las cosas verdaderamente sorprendentes que vemos en la película y verdaderamente extraordinaria a varios niveles, es lo verdaderamente evolucionada que está la sociedad saharaui. Viven en campos de refugiados pero el índice de alfabetización es del 95 por ciento. Tienen un gobierno democrático. Y el papel de la mujer es muy importante.
R: Eso es cierto, y le dirán que jamás recurrieron al terrorismo y que nunca recurrirán al terrorismo. Le dirán que dirán que quieren crear una sociedad en paz que esté en paz con todas las naciones, incluido Israel. Son las declaraciones que hacen.
P: Eso es extraordinario en el mundo árabe y musulmán.
R: Sí.
P: ¿No es ésa una sociedad que debiéramos respaldar?
R: Es algo que debe sopesarse con nuestro interés en mantener estrechas relaciones con Marruecos y, por supuesto, con Argelia. Estamos, en cierto modo, frente a un dilema. Pero, por otro lado, desde el punto de vista del respeto estricto de los derechos humanos y del derecho de los pueblos a la autodeterminación, la respuesta a su pregunta es SI.
P: Entonces, ¿Por qué Marruecos y Argelia son más importantes para los Estados Unidos, o quizá para la comunidad internacional? ¿Debido al radicalismo islámico?
R: Son aliados en la lucha contra el terrorismo. Han ayudado a Estados Unidos de modo significativo, ambos países. Y, como es sabido, tienen distintas posiciones en este conflicto.
P: ¿Le parece justo que eso sea más importante que resolver el conflicto del Sáhara Occidental?
R: Si usted se lo pregunta al americano medio, probablemente le dirá que lo es, porque la guerra contra el terrorismo tiene que ver con su propia seguridad personal. Y no con las dificultades y la precaria situación de aproximadamente 200.000 refugiados que viven en el desierto argelino.
P: Visto desde el lado de los saharauis, quizá puedan interrogarse por si han obtenido alguna ventaja al renunciar a la lucha armada. Nos prometieron un referéndum y no se ha efectuado, pueden decir.
R: Sí.
P: Puede ser la lección que saquen de ello
R: Puede muy bien ser así, ciertamente.
P: ¿Y qué le parece a usted eso?
R: Desde luego, esa podría ser una conclusión a la que podríamos comprender que llegasen, no? Durante 10 o 11 años Marruecos proclamó en público y en privado que quería el Plan de Arreglo y que quería este referéndum, y,luego, casi al final, justo después que la lista electores hubiera sido establecida, después de la identificación de los votantes, Marruecos dijo: Bueno, no es aplicable, no vamos a seguir con el Plan de Arreglo.
P: ¿Cree que podrían volver las hostilidades?
R: No sé, no tengo ni idea. Supongo que es una enventualidad que depende principalmente de Argelia, porque eso no va a ocurrir a menos que Argelia lo permita. Mientras Argelia le diga al Polisario que no combata, no va a combatir.
P: Pero hablamos de frustración en los campos, sería comprensible que...
R: Por supuesto, comprensible.
P. Aún están esperando por un referéndum.
R: Se les prometió un referéndum. La otra parte estuvo de acuerdo hasta el mismo momento del referéndum y entonces se retiró. Y luego hay un plan que yo puse sobre la mesa que obtuvo el apoyo unánime de los miembros del Consejo de seguridad, 15 a cero, y que entonces fue rechazado de nuevo por Marruecos. De este modo estoy seguro de que los saharauis van a decir: Espere un minuto ¿Qué es lo que hay que hacer para tener alcanzar la autodeterminación? ¿ Que tenemos que hacer? Dijimos que íbamos a incluir - bueno,no lo dijeron ellos, lo dije yo- a toda la población de Sáhara Occidental como votantes en el referéndum de autodeterminación. Y, evidentemente, los marroquíes tienen miedo hasta de eso.
P: ¿Y qué diría en respuesta a esta pregunta? ¿Qué tienen que hacer para conseguir algo en su conflicto?
R: Bueno, el futuro en este contexto no es muy prometedor, es lo que diría. Hemos intentado casi todo lo que se puede intentar. Ahora, como le dije antes, no hay una situación que requiera una intervención. Si no hay no hay conflicto, si no hay presión para llegar a un acuerdo para un referéndum o ni siquiera para una autonomía... Los marroquíes han hablado de que están dispuestos a ofrecer una autonomía, pero jamás han querido poner una propuesta sobre la mesa. Simplemente dijeron que estaban dispuestos a negociar un acuerdo de autonomía.
P: ¿ Y qué ha significado esto para usted, que ha pasado siete años dedicado a este conflicto con estos resultados? ¿Cree que ha sido un despilfarro innecesario de tiempo y de dinero?
R: No, no creo que haya sido un despilfarro. Por lo menos sabemos en dónde está realmente cada una de las partes. Sabemos lo que se puede hacer y lo que no podría ser hacedero, porque ser el enviado personal durante algún tiempo ha proporcionado algo de atención al conflicto. Pero no puedo imaginarme ninguna otra cosa que pueda hacer
P:¿ Cree que hay alguna solución? ¿Que se puede hacer algo?
R: Creo que cualquier conflicto como este es soluble si existe buena voluntad de una y otra parte, pero no hemos tenido eso. Si no hay eso, si las partes las partes no están dispuestas a dar pruebas de la voluntad política necesaria para alcanzar una solución, y si el Consejo de seguridad no está dispuesto a pasar del capítulo 6, el consenso, al capítulo 7, donde se puede pedir a las partes, forzar a las partes, a una de ellas o las dos, a hacer algo que no quieren hacer...entonces no sé de dónde puede venir la solución. Este expediente no es muy distinto del conflicto árabe- israelí: dos pueblos diferentes reclaman el mismo territorio. Uno de ellos es muy fuerte, ha ganado la guerra y ocupa el territorio, y el otro es muy débil.
P: ¿Qué le hace pensar todo esto de Naciones Unidas y la resolución de conflictos?¿Cuál es su experiencia habiendo estado implicado como enviado de la ONU y qué piensa de la ONU como foro para la resolución de los conflictos?
R: Lo que se obtiene en la ONU es el mínimo común denominador, porque hay 15 países en el Consejo de seguridad - y le recordaré que las Naciones Unidas funcionaron sólo una vez del modo que lps fundadores habían previsto, y es cuando el Consejo votó por 12 contra 3, para autorizar la utilización de la fuerza para expulsar a Iraq de Kuwait, fue una resolución que elaboré como secretario de Estado y que conseguimos aprobar. Es la única vez que ocurrió. Todas las demás, se ha pedido a las partes que se reúnan y lleguen a un acuerdo. Y algunos de estos conflictos son muy difíciles de resolver por consenso.
P: ¿Pero es el único foro que tenemos realmente? ¿Es el mejor para este tipo de asuntos?
R: Probablemente para este asunto sí, es el mejor foro. Los saharauis le dirán que el Sáhara Occidental es el último caso de descolonización al que debe hacer frente Naciones Unidas. Y la mayoría del Asamblea General probablemente votaría también así, porque, cuando los españoles se retiraron nunca resolvieron...nunca hubo una resolución acerca de quién gozaría de soberanía en lo que era el Sáhara Español. El mismo problema que en el conflicto árabe-israelí.
P: ¿Qué piensa de este conflicto particular hoy -el conflicto árabe-israelí? Fue algo que usted conoció bastante bien...)
R: Sí, yo...
P: Durante su paso por la secretaría de Estado, y todavía persiste.
R: Pienso un montón en ello, lo hablaré con usted en otra ocasión.
P: Pero el conflicto árabe israelí es uno de los que siguen ahí.
R: Por supuesto, ahí sigue.
P: Usted era secretario de Estado en el momento en el que la guerra fría se acababa. Hoy vivimos en la época de la guerra contra el terrorismo.
R: Correcto
P: ¿En qué se diferencian los desafíos?
R: Pienso que los desafíos son sensiblemente diferentes, francamente. Entonces tratábamos con Estados- Nación. Nos encontrábamos, como usted ha mencionado, en la Guerra Fría. Yo fui el último secretario de Estado de los Estados Unidos de la época de la Guerra Fría, y, por así decirlo, se acabó ante nuestros ojos. Y le diré que cuando se acabó, fue en mi opinión justo después de que Irak invadiera Kuwait y yo me encontrara en un aeropuerto de Moscú con Edward Shevardnadze, que era el ministro de los Asuntos Exteriores de Unión Soviética. Trabajamos hombro con hombro y condenamos la actuación de Irak, que era un estado protegido por los soviéticos. Cuando esto sucede, uno se da cuenta de que la Guerra Fría se acaba.
P: las cosas entonces debían ser más fáciles, la Guerra Fría se estaba acabando de forma natural.
R: Bueno, no sé.
P: Hoy las cosas son diferentes.
R: Posiblemente era más fácil en el sentido de que sabías quién era tu enemigo y cuál debía ser tu política. Durante la guerra fría eso era muy sencillo. Si los soviéticos eran patidarios de algo, nosotros estábamos en contra. Y si nosotros lo éramos, ellos eran los que estaban en contra. Hoy es un poco más difícil. Pero esto no es algo que concierna al conflicto del Sáhara Occidental.
P: Sólo déjeme que le pregunte un momento por sus teorías para la resolución de conflictos y sobre lo que funciona y lo que no funciona. ¿La lección es entonces que lo único que funciona es aquello para lo que hay voluntad política y que, si no es así, no vale la pena preocuparse ?
R: Si se dice que se tiene que resolver el conflicto mediante un acuerdo de consenso entre las partes, entonces hace falta que las partes quieran resolverlo. Y verdaderamente debería haber algún tipo de presión exterior que las conduzca a ese objetivo. Si, por otra parte, se puede persuadir de al Consejo de seguridad, como hicimos en la guerra del Golfo, para hacer uso de los poderes que le otorga el Capítulo 7 de la Carta para imponer o pedir a una parte o la otra algo que de otro modo no aceptarían hacer, las cosas son algo diferentes. Y es más fácil resolver un conflicto cuando tienes ese poder y esas capacidades respaldándote.
P: Pero además de con Naciones Unidas, ¿Qué pasa con Estados Unidos? Mucha gente dice que los conflictos sólo evolucionan cuando se implica Estados Unidos. Irlanda del Norte...
R: Es bastante cierto.
P: ...sería uno de ellos...
R: Bastante cierto.
P: Y el conflicto árabe-israelí.
R: Eso es muy cierto, pero ya le he comentado lo complicado que es el problema que tiene Estados Unidos en el caso del Sáhara Occidental, porque hay dos países que cooperan con ellos en la guerra contra el terrorismo y con los que quiere seguir manteniendo buenas relaciones: Argelia y Marruecos.
P: O sea, que la guerra contra el terror le hace más difícil a Estados Unidos jugar su papel en todos los demás asuntos...ha complicado el papel de Estados Unidos en todos los demás...
R: Y, por eso, la división 101 aerotransportada no va a desembarcar y exigir la autodeterminación de Sáhara Occidental...
P: ¿Y esa es la realidad del mundo en qué vivimos?
R: Así es la vida, y son circunstancias comprensibles creo que bastantes creo que bastante comprensibles. Y son igualmente ciertas para el conflicto árabe- israelí. Los Estados Unidos tratarán de ser y son u agente y un mediador honrado e indispensable, pero ese conflicto no va a ser resuelto unilateralmente o por la utilización de la potencia militar americana. No.
P: En ese caso ¿Qué puede decirles a los saharauis? porque en la película vemos a gentes como Ahmed, que sueñan con su antiguos hogares, sus casas junto a la costa, sus recuerdos del agua ¿Esto un sueño que debe mantenerse vivo?)
R: Es una situación muy difícil, muy, muy difícil. Como le dije al principio de nuestra conversación, ahora tenemos algunas visitas familares en ambas direcciones, que han sido, dependiendo de la persona que usted pregunte, muy acertadas. Se trata de reunir a personas que han estado viviendo en los campamentos durante 26 ó 27 años con miembros de su familia que viven actualmente en el territorio. Para los saharauis, estas visitas de familia son extraordinariamente útiles y acertadas. No estoy seguro de que los marroquíes tengan la misma opinión.
P:¿Diría que aún hay esperanza para los saharauis?
R: Creo que sí, que mientras el conflicto siga sin resolver hay esperanza. Hay esperanza porque no conozco un solo país en el mundo que, en materia de derecho internacional, de reconocimiento internacional, acepte la reivindicación de Marruecos sobre el Sáhara. Marruecos necesita una légitimitación internacional para su reivindicación. Y por eso es por lo que en su propio interés quiere encontrar una solución y eliminar el problema. Evidentemente tiene interés también en estos pobres refugiados saharauis que viven en el desierto en Argelia en condiciones muy duras.
P: Ha hablado de la implicación tanto de Argelia como de Marruecos. ¿Cual es el verdadero interés de Argelia en haber estado acogiendo los campos de refugiados durante un período tan largo de tiempo?
R: Argelia le diría que está interesada solamente en una cosa, en que el pueblo saharaui obtenga el ejercicio del derecho a la autodeterminación. Pero los argelinos tienen también interés en que este tema se arregle, porque mientras no se arregle, habrá por ello un conflicto entre Argelia y Marruecos. Es algo que afecta al Magreb de forma generalizada. Y no se puede alcanzar el mismo desarrollo económico en el Magreb que el que se conseguiría si el problema del Sáhara Occidental se arreglara.
P: Y en relación a Marruecos y su actitud a lo largo del conflicto, ¿No querría también que hubiera algún tipo de arreglo siquiera sea para terminar con esta situación de la que se está hablando constantemente?
R: Ciertamente, para Marruecos es muy importante encontrar una solución a este problema, de modo que la legitimidad internacional confirme sus reivindicaciones. Y por eso es por lo que beneficiaría mucho al propio interés de Marruecos realizar propuestas de autonomía o de autogobierno para esta gente. Entonces los marroquíes irían al grano, pero aunque han hablado de querer conceder la autonomía, jamás han estado dispuestos a poner un plan encima de la mesa.
P:¿Por qué es este territorio tan importante para Marruecos?
R: Es un tema de gran calado político en Marruecos. Un tema muy emocional. Marruecos tiene pretensiones sobre este territorio desde hace muchos años. Pretensiones basadas en hechos del pasado. Aunque, por otra parte, la Corte internacional de Justicia examinó la cuestión y dijo que no había ninguna base legal para dictaminar que Marruecos tiene un derecho a la soberanía sobre el territorio. Y ese es el principal problema que hay aquí. Hay dos pueblos diferentes reclamando la misma tierra.
P: ¿Culpa a los marroquíes? ¿Cree que han estado moviendo los postes de la portería en este conflicto?
R: No he dicho que hayan movido la portería, pero acordaron con Pérez de Cuellar, el antiguo secretario general de Naciones Unidas, de aplicar el Plan de Arreglo que había elaborado. Y durante 10 o 11 años, incluso en dos o tres de mi mandato, dimos pasos para ponerlo en marcha. Y justo cuando habíamos identificado a las personas capacitadas para votar, los marroquíes se alejaron del plan. ¿ Por qué hicieron esto? Habría que preguntárselo a ellos, pero supongo que fue porque les preocupaba no ganar el referendum.
P: Eso debe haber sido muy frustrante para usted.
R: Le declaré al rey, y especialmente al Rey Hassan le dije: Su majestad, si usted no quiere el Plan de Arreglo, no diga que lo quiere porque creeré que vamos a ser capaces de desarrollarlo. Continuaron declarando que lo querían, no sólo el Rey sino también todos sus cortesanos.
P: En medio de todo esto está también el enorme muro de separación, la pared que los marroquíes construyeron dividiendo el Sáhara Occidental. Es más largo que la gran muralla de China. Teniendo en cuenta está realidad sobre el terreno ¿En qué medida hace aún más difícil una solución sobre el papel?
R: Construyeron el muro de arena en los años 86, 87. tiempo. Recuerdo haber representado a los Estados Unidos de América en la fiesta del trono, la celebración del día en que Su Majestad el Rey Hassan subió sobre el trono. Y cuando estuve reunido con él antes de regresar a los Estados Unidos, me pidió si podía ayudarle on algunas cuestiones de inteligencia en relación al muro. Y volví a Washington e hice la petición y obtuvimos información al respecto para ayudar a Marruecos. Eran los días de la Guerra Fría, cuando el Esto se efectuó durante la guerra fría, cuando la Frente Polisario estaba alineado junto a Cuba y Libia y otros enemigos de Estados Unidos. Y cuando Marruecos estaba muy próximo a Estados Unidos.
P: Pero el Muro no facilita la resolución del conflicto
R: Bueno, el Muro sirve para mantener el conflicto con baja intensidad, porque hace la guerra más difícil. Si el Polisario se inclinara por comenzar a combatir otra vez, por ejemplo, le sería mucho más difícil con ese Muro ahí. Pero el Muro define también una porción del Sáhara Occidental, que no está bajo el control marroquí, lo que los saharauis llaman la parte liberada del Sáhara Occidental.
P: Y el Muro se ha convirtió claramente en un símbolo detestado por los saharauis.
R: Así es, por supuesto.
P: Hablemos por un momento de los saharauis y su propia necesidad de legitimidad. Han estado viviendo en los campos de refugiados durante casi 30 años. ¿ Cuánto tiempo va a durar esto? ¿La realidad de su vida no es más que eso?
R: Bueno, no sé, depende de si cambia o no la situación geopolítica de forma que dé alguna oportunidad para resolver el problema. Los argelinos y otra gente me presentaron una vez un libro blanco sugiriendo una división del territorio, algo que los marroquíes hubieran aceptado en 1976 con Mauritania. Hubo una partición del territorio entre Mauritania y Marruecos. Los marroquíes dicen hoy: todo el Sáhara nos pertenece, jamás estaremos de acuerdo con ninguna división o partición. Ni siquiera discutirían la propuesta. Puede ser que en algún momento en el futuro, si la situación cambia, o si la geopolítica evoluciona, esa sea una solución que merecería ser examinada de nuevo.
P: Pero eso significaría el fin del sueño de una patria para los saharauis.
R: No necesariamente, les daría una patria, si fuese una parte de lo que es ahora Sáhara Occidental, porque ambas partes reivindican esta tierra. Los saharaues la reclaman, por ser la población autóctona presente cuando España se retiró, pero en años anteriores ya Marruecos había reclamado el territorio, o al menos una gran parte del mismo. Son reivindicaciones contradictorias y la Corte internacional de Justicia no estuvo dispuesta a ponerse de un lado u otro en lo que concernía a ellas.
P: Secretario Baker, le agradecemos haber estado en Gran Angular
R: De nada.
(Traducción de E. F)